El público del tenor no vidente Andrea Bocelli no para de crecer. Con su vendedora fórmula de combinar canto lírico y pop, el intérprete italiano está derrumbando las últimas fronteras que le quedaban por superar en Europa y con su nuevo disco, "Cieli di Toscana", acaba de trepar a la cima del hit parade oficial británico. Hay que aclarar que es la primera vez en la historia que un álbum cantado por completo en italiano accede a la cumbre del chat inglés.
"Cieli di Toscana" fue presentado por sus productores como un álbum pop, además de promocionarlo como el mejor disco del tenor en ese género. En plan de promoción, también se aseguró que las canciones de la placa fueron escritas para que Bocelli dé en ellas lo mejor de su voz.
La preocupación por el repertorio de Bocelli es casi una cuestión de Estado para los italianos y por eso a nadie sorprendió que el año pasado el Ministerio de Cultura de ese país apoyase el concurso que la editora Suvini Zerboni lanzó para encontrar compositores que escribiesen para el tenor. El concurso se llamó Premio Bocelli y tuvo proyección internacional. El premio, obviamente, era que Bocelli cantaría la canción. La respuesta fue multitudinaria y la canción ganadora fue "E Mi Manchi Tu", del compositor checo Zdenek Bartak. Los creadores italianos quedaron en segundo lugar con "Qui Resta", de Matteo Musumeci. Sin embargo, no hubo problemas de competencia ni de nacionalismos, ya que las dos canciones fueron incluidas en el repertorio de Bocelli.
El equipo del éxito
El éxito de un cantante de fama internacional muchas veces es producto de una estudiada producción arriba del escenario y en el estudio de grabación. Por ese motivo Bocelli trabajó en "Cieli Di Toscana" con Mauro Malavasi, uno de los productores que le garantizó el triunfo de sus álbumes anteriores "Romanza" y "Sogno". En el disco también trabajó Celso Valli, otro hacedor de grandes artistas, ya que se desempeñó en discos de Eros Ramazotti, Claudio Baglioni y Laura Pausini.
Pero en "Cieli Di Toscana" hubo también colaboración no italiana, la que probablemente haya ayudado al triunfo del disco de Bocelli en el mercado anglosajón. En el nuevo álbum trabajó el equipo de producción de Brian Rawling, el responsable de buena parte de los éxitos de Cher, Tina Turner, Lionel Ritchie y Enrique Iglesias, entre otros.
Para el tenor, cuyo discos ya vendieron más de cuarenta millones de copias en todo el mundo, haber regresado al pop es un gusto que quería darse hace tiempo. Y en ese sentido se mostró contento con las composiciones que los productores le presentaron para que cante y, que, según estima, le abrieron las puertas de un mercado reticente a comprar pop que no sea británico.
"Los compositores han tratado de captar mis características vocales y entenderme a mí, como un artista y como un vocalista. Invertimos mucho tiempo considerando muchas canciones; de hecho demasiadas porque fue un desafío decidir cual sería la lista de canciones. A pesar de la inmensa cantidad de material pop que es liberado, es difícil encontrar repertorio pop que sobrevivirá a través del tiempo. Sin embargo, con las canciones de «Cieli Di Toscana» creo que lo hemos logrado", declaró a la prensa con humildad el cantante sobre el éxito de su disco, a pesar de que está acostumbrado desde hace tiempo a que sus álbumes muevan cifras millonarias.
El secreto del triunfo de este álbum en Europa no es para Bocelli sólo una cuestión de mercado y de buena estrategia. Ni siquiera de su gran voz, que ha llevado a más de uno a considerarlo como el recambio lógico del hasta hace poco inamovible Luciano Pavarotti. Para Bocelli, "Cieli Di Toscana" tiene canciones que lo pintan de cuerpo entero, dan claves de cómo es su personalidad, y por eso el público lo aceptó con generosidad, al sentir que un artista estaba mostrando su "alma".
Hablando de "Melodramma", Bocelli aseguró: "Esta canción es acerca de un personaje que casi podría ser la historia de mi vida. Posee una de las melodías italianas más típicas que se pueden encontrar. Completamente italiano, en el sentido de que no podría ser escrito por nadie excepto por un italiano. Irradia un sentido de luminosidad".
Esa canción es sólo una muestra del repertorio con el que Bocelli siente que ha expuesto algunos de los pasos más significativos de su vida. La singularidad de ser un hombre de dos mundos, que vive entre el canto lírico y el pop, quedó plasmada temáticamente en "Cieli Di Toscana" con "Mascagni". La canción cuenta la historia de Pietro Mascagni, el compositor italiano que vivió entre 1863 y 1945 y se hizo famoso por la ópera "Cavalleria rusticana", en la que puso sobre el escenario la obra del escritor realista Giovanni Verga. Es decir, es el relato de la vida de un hombre del mundo clásico en un disco de pop, y el tema no se priva de hacer una cita de la obra más famosa de Mascagni.
"L'incontro" muestra otra faz que desde hace años le ha cambiado la vida a Bocelli: la paternidad. El tenor disfruta de sus hijos y llega a aceptar que ellos se quejen de cómo canta, especialmente en el hogar, donde suelen abuchearlo y pedirle que deje de gritar (ver apoyo). "Es la celebración de la relación que une a un padre con su hijo recién nacido. Es un sentimiento tan profundo y al mismo tiempo tan sensitivo, que es maravilloso poder expresarlo en una canción. La música, escrita por Francesco Sartori, se basa en un poema que escribí después del nacimiento de mi primer hijo, Amos", contó Bocelli en las notas de producción del disco.
El cantante está feliz con su nuevo triunfo y sabe que si la llave de su éxito fue cantar cosas de su vida, la puerta de la gloria seguirá abierta para él, porque, asegura, la vida siempre es bella y nueva por más que cada día parezca que hacemos la misma cosa.