El Ministerio de Gobierno de la provincia le propuso al gobernador Carlos Reutemann una salida creativa para terminar con el hacinamiento de presos en las comisarías: reacondicionar instalaciones ociosas de grandes plantas industriales y alojar allí a los internos. La propuesta surge en medio de temores oficiales ante la posibilidad de que el proyecto de levantar las cárceles de Piñero y Timbúes se vea frustrado por distintos motivos.
Algunos funcionarios ya estuvieron recorriendo instalaciones de fábricas cerradas en una amplia zona que va desde Oliveros hasta Villa Gobernador Gálvez para observar los lugares y evaluar la posibilidad de reciclarlos en alojamiento de detenidos.
Según evalúan los técnicos, con una inversión de entre 2 a 4 millones de pesos -alrededor del 10 por ciento del costo total de una cárcel modelo, estimada en 30 millones- se podrían refaccionar cuatro instalaciones fabriles y alojar en cada una de ellas a medio millar de detenidos.
Funcionarios del Ministerio de Gobierno consideran que los trabajos de refacción de las plantas no llevarían mucho tiempo y así se podría descomprimir rápidamente la difícil situación de las comisarías de la provincia, donde ya están alojados unas dos mil personas, la mitad de ellas en Rosario.
El apuro por resolver esta situación se origina en parte por la llegada de la época veraniega -cuando se complican aún más las condiciones de inhabitabilidad en las que están los internos y los incidentes aumentan- y ha hecho que la provincia tome el tema como prioritario.
El último antecedente de fuga ocurrido en Rosario volvió a encender el alerta. El domingo a la tarde, siete detenidos se escaparon de la seccional 19ª de la zona suroeste de la ciudad. En ese penal había 52 personas hacinadas en unos pocos metros cuadrados que no alcanzan para más de 20 internos. La situación del resto de las comisarías es similar y el riesgo de motines y evasiones se incrementa día a día.
El proyecto del Ministerio de Gobierno para aliviar la situación carcelaria hasta tanto se construyan los dos nuevos establecimientos penitenciarios proyectados en Timbúes y Piñero deberá contar con los fondos del Ministerio de Economía para comprar los inmuebles y adaptarlos a las necesidades carcelarias.
En relación a esas futuras cárceles, el titular del Servicio Penitenciario Provincial, Arturo Gandolla, explicó que "el penal de Timbúes se iba a hacer por autofinanciación y la garantía del crédito bancario estaba ligada a fondos de la coparticipación federal. Como desde la Nación se sigue apostando a podar esos fondos coparticipables, el banco español que financiaba la obra derivo las tratativas a su casa en Buenos Aires y ahora quieren aplicar las tasas de interés locales encareciendo el costo de la obra. En cuanto a la cárcel de Piñero, estamos esperando respuestas por parte de la Nación acerca del aporte del Fondo Fiduciario que permitiría llevar adelante la construcción".
Elección y reciclaje
Algunos de los funcionarios que llevando adelante la nueva iniciativa impulsada por el ministro de Gobierno, Lorenzo Domínguez, y el subsecretario de Justicia, Carlos Carranza, sostienen que en un principio con sólo reciclar dos plantas industriales y derivar allí unos mil presos la situación mejoraría significativamente. Aseguran que no sólo se terminaría con las pésimas condiciones de detención de los presos sino que también quedarían liberados para cumplir otras tareas los policías que los custodian. Estas nuevas cárceles serían derivadas a la órbita del Servicio Penitenciario de la Provincia.
Una vez que el gobernador le dé el visto bueno al plan para mejorar la situación carcelaria, recién se avanzará en la selección, con más precisión, de las plantas fabriles en desuso con potencialidad de convertirse en nuevas prisiones.
Desde el Ministerio de Gobierno algunos funcionarios explican que la gente reacciona negativamente, en un comienzo, cuando se proyecta instalar una unidad de detención cerca de su domicilio, pero no advierte que convive con el peligro de los presos amontonados en las comisarías. Afirman que con el proyecto de reciclar las plantas industriales se lograría respetar la dignidad de los detenidos y alojarlos en lugares aptos que brinden también mayor seguridad a la población.