Mazar-i-Sharif. - Entre 400 y 600 prisioneros extranjeros detenidos por su relación con la red Al Qaeda de Bin Laden se amotinaron ayer en una prisión de la Alianza del Norte al conocer la rendición de Kunduz. Un consejero militar estadounidense murió "durante el tiroteo", según narró el intérprete de una televisión alemana, que se encontraba en la cárcel haciendo un reportaje, y que sostiene que puede haber muerto un centenar de personas. Cientos de hombres, identificados como partidarios de los talibán no afganos, enfrentaron a los guardias de la Alianza del Norte que los custodiaban y les arrebataron sus fusiles Kalashnikov y pistolas automáticas. Un portavoz del Pentágono, el coronel Dan Stoneking, ha anunciado que la Alianza del Norte controló la situación y ha detenido a los amotinados. Los aviones estadounidenses ayudaron a la Alianza lanzando varias bombas sobre la prisión, la antigua fortaleza de Kalajangui, a 10 kilómetros al oeste de Mazar-i-Sharif. En la prisión podrían encontrarse varios trabajadores de Cruz Roja y algunos periodistas. De hecho ha sido el intérprete afgano de una televisión alemana, que se encontraba en el lugar para filmar a los presos, quien ha revelado más detalles sobre cómo se originó el motín. De acuerdo con este intérprete, los prisioneros se hicieron con las armas de sus guardianes y hubo "muchos muertos, quizás un centenar", aunque la cifra no pudo ser confirmada. "Uno de ellos se ha suicidado haciendo explotar una granada, lo que ha costado la vida a comandantes que se encontraban a su alrededor. Después, otros talibán han provechado el caos para apoderarse de armas y ha comenzado un tiroteo", explicó el intérrpete, Ulugbek Orgashevdit. Un observador estadounidense ha informado de que unos 40 soldados de las tropas especiales de Estados Unidos intentaron entrar en la prisión, pero no pudieron debido a la lucha armada que parecía librarse dentro. Un incidente similar pero menos grave ya había ocurrido el sábado, cuando un talibán se suicidó con una granada que llevaba oculta en su ropa. Hirió a una periodista británica y mató a varios de sus carceleros. (Reuters)
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