Año CXXXV
 Nº 49.312
Rosario,
lunes  26 de
noviembre de 2001
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Recorriendo Rosario. Conviven encerrados entre avenidas
Pueyrredón y 25 de Mayo: Un barrio con múltiples caras urbanas
Tuvo un desordenado crecimiento. Faltan espacios verdes e instituciones. El cierre de fábricas lo condenó

Sergio Roulier

Pueyrredón y 25 de Mayo son dos barrios en uno, ubicados hacia el sudoeste rosarino. La zona está a ambos costados de Ovidio Lagos y Oroño, entre Seguí y Uriburu. Se trata de un sector rodeado por avenidas y encerrado en su interior de calles angostas y arboladas. Es muy fácil perderse o no encontrar un domicilio, ya que en varias cuadras hay doble numeración y algunas no están señalizadas. Tiene una franja de asentamientos precarios a los costados de la única vía que todavía funciona (la del ferrocarril Mitre) y sobre antiguos terrenos ferroviarios. Este diseño urbano separa a los dos barrios, cada uno con su propio perfil pero con una historia casi en común. La comunidad siempre fue de obreros industriales y el cierre de las fábricas de Ovidio Lagos los convirtieron en desocupados y jubilados. La zona tiene pocas instituciones y casi ningún espacio verde. Esto quizás producto del desorganizado crecimiento que hoy hace convivir a la villa, los Fonavi, el barrio obrero, la clase media y hasta una comunidad gitana.
De Uriburu hacia Juan Canals se ubica el sector conocido como 25 de Mayo, después le sigue la villa y más adelante está la jurisdicción de la vecinal Pueyrredón. Las cuadras cercanas a Seguí tienen un perfil más parecido a Cura, el barrio lindero del otro lado del bulevar. Calle Biedma marca las diferencias y eso se nota en los tipos de pavimento y veredas.
Los une un pasado de quintas y hornos de ladrillos, de loteos y operarios industriales. Primero los separó el ferrocarril, hubo hasta tres ramales (Mitre, Belgrano y Central Córdoba), y luego las villas que ocuparon los espacios ferroviarios.
La gente coincide en que el progreso se detuvo hace 10 años cuando el complejo industrial de Lagos se desarmó, y el nivel social decayó. La llegada de nuevos pobladores a las villas y la construcción de edificios tipo Fonavi mutiplicaron las necesidades de servicios y los organismos no alcanzan frente a esa demanda.
Para colmo no hay casi escuelas ni dispensarios y tampoco centros de atención social. Los que hay están saturados y la población debe ir a los de otros barrios. Faltan plazas públicas y clubes. La calle es el lugar donde juegan los chicos.
El sector de 25 de Mayo está oculto entre las avenidas. Sus casas se divisan entre la espesa arboleda, el ritmo de vida es lento y lo habita más bien gente mayor. La vecinal es el centro de todo, hay un jardín de infantes, un campo de deportes y hasta se venden tarjetas para los colectivos.
Marta Mansilla, con 30 años en el barrio, reclama la apertura de calles para mejorar la circulación. También espera el plan de mejoramiento de accesos para Oroño. A todo esto, las arterias interiores conservan aún el sistema de desagües a cielo abierto.
Pero el gran conflicto es la inseguridad. Algunos creen que "es una zona roja" por la ola de robos y asaltos, y parece estar desprotegida. Claro, le apuntan a la villa. Y los roces entre los habitantes de la misma zona se notan en sus palabras.
La jurisdicción de Pueyrredón presenta una geografía variada y desordenada. A la altura de Oroño al 4200 se hizo un loteo y al conjunto de viviendas se le llamó "jardín". De ese perfil quedó casi nada. Los gitanos coparon los frentes que dan a la avenida. Los terrenos libres fueron ocupados por planes de viviendas y hay casi 600 hogares apiñados en los edificios que construyó el Estado. Los asentamientos precarios siguen la silueta de las viejas vías y ejercen su influencia en zonas aledañas.
Carlos Cena, de la vecinal, sostiene que el futuro del sector está en el programa de urbanización de villas y el mejoramiento de las condiciones ambientales con viviendas dignas y apertura de calles.
No es muy importante el movimiento comercial sobre avenidas y bulevares. Los galpones, talleres, herrerías y venta de autos se destacan en las calles que fijan los límites este y oeste del barrio.


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