Año CXXXV
 Nº 49.311
Rosario,
domingo  25 de
noviembre de 2001
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Sin rastros sobre la fuente de los contagios con ántrax

Nueva York. - La investigación sobre el ántrax está estancada en EEUU. Los investigadores estadounidenses no consiguieron descubrir la fuente del ántrax que mató a una mujer de 94 años en Connecticut, en un caso que se asemeja al de la misteriosa muerte de la empleada de un hospital de Manhattan. El FBI y los expertos en bioterrorismo del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) examinaron cada milímetro de la casa de madera de Oxford donde vivía sola Ottilie Lundgren, de 94 años.
Enviaron a sus laboratorios en Atlanta el correo de la mujer, y examinaron las oficinas postales por donde pasa la correspondencia destinada a los menos de 10.000 habitantes del pueblo en los campos de Connecticut. Pero no tienen nada como resultado. Las únicas huellas de ántrax son las encontradas en los pulmones y en la sangre de la mujer, muerta en un hospital tras cinco días de internación por lo que inicialmente parecía una pulmonía.

La misma cepa
El ántrax que la mató, según las determinaciones preliminares del CDC, es "indistinguible" del que se encontró en el resto de EEUU en el último mes. Eso significa que aparentemente la bacteria pertenece a la misma cepa de ántrax que mató a dos carteros en Washington, un fotógrafo en Florida y la empleada hospitalaria vietnamita Kathy Nguyen en Nueva York, y contagió a otras 13 personas.
Se piensa en una contaminación del correo de la mujer de parte de sobres dirigidos a algún otro, porque nadie cree que el "asesino del ántrax" pueda haber puesto en la mira a una viuda de 94 años que sólo salía para ir a la iglesia o a la peluquería, ni se cree tampoco que esté en la mira la tranquila comunidad de Oxford. Sin embargo, hasta ahora no hay indicios que ayuden al avance de la investigación.
Queda en pie, pero se considera bastante remota, la posibilidad de que esta vez se trate de un caso de contagio de ántrax natural: la bacteria circula en la naturaleza, sobre todo en los ambientes agrícolas. Pero desde hace décadas no se registran casos de ese tipo en la costa oriental de EEUU, y las características del ántrax que mató a Ottilie Lundgren son demasiado semejantes a las de la bacteria enviada por carta en las últimas semanas por un asesino que el FBI considera es norteamericano, y no vinculado al ataque terrorista del 11 de septiembre. (Ansa)


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