Los empleados del Círculo Católico de Obreros de Rosario, donde Claudio Zampol se desempeñó como gerente hasta el ofrecimiento que le realizó la Asociación Española de Socorros Mutuos, enviaron a La Capital una nota en la que afirman que el contador asesinado "no solo era una persona capaz e íntegra sino que jamás, en los años transcurridos, podemos decir que era muy estricto con el personal. Claudio siempre tendía una mano al que la necesitara. Si había una directiva que afectara directa o indirectamente a alguno de nosotros siempre la comunicaba personalmente y de una forma que no resultara ofensiva para nadie. Presto a aconsejarnos para salir del problema". Los empleados del Círculo Católico destacan a la vez en otro pasaje de la nota que "el bondadoso médico no solo disparó a un hombre inocente sino que destruyó una familia. ¿Quién les dice a sus dos hijos adolescentes que esto es producto de los males de la sociedad o del estrés profesional? ¿Quién les dice que quien atacó a su padre es un viejo bonachón? ¿Qué clase de sociedad estamos forjando que, un acto de vandalismo y violencia pura se torna disculpable según quien sea la víctima o el victimario? ¿No somos todos iguales ante la ley y ante Dios? Señor Fridman: Usted disparó a un hombre a sangre fría... Todos esperamos que se haga Justicia".
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