Kabul. - Aviones de guerra estadounidenses bombardearon ayer a los combatientes del Talibán atrapados en Kunduz, su único reducto en el norte de Afganistán, mientras aumentaban las sospechas de una división en las fuerzas de la Alianza del Norte que sitian la ciudad y el temor a masacres. La Cruz Roja instó a las fuerzas que atacan Kunduz a respetar los derechos de civiles y combatientes. Los milicianos de la Alianza dieron un plazo hasta hoy para que los talibanes se rindan. Las ciudades afganas de Kunduz, al norte, y Kandahar, al sur, son los últimos bastiones aún en poder de los talibán que intentan una resistencia extrema a costa de un baño de sangre.
En una señal de las crecientes presiones en el sur, un funcionario del Talibán dijo que el mulá Omar había salido de la ciudad de Kandahar y estaba en un escondite más seguro, dejando en su lugar a uno de sus subordinados. "El mulá Omar, conocido como el "señor de la fe", se ha desplazado a un lugar desconocido, por razones de seguridad", dijo el mulá Sayed Mohammad Haqqani, un funcionario de seguridad del Talibán. Pero la Agencia de Prensa Islámica (AIP) citó a un portavoz del líder del Talibán diciendo que éste aún estaba en Kandahar, el principal reducto en el sur de Afganistán del movimiento integrista, que protege al militante islámico Osama Bin Laden.
La campaña militar encabezada por EEUU en Afganistán busca atrapar a Bin Laden y su red Al Qaeda (La Base), principales sospechosos de organizar los atentados con aviones secuestrados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York, que dejaron unos 4.000 muertos.
Combatientes divididos
Un equipo de la televisión de Reuters cerca de Taloqan, al este de Kunduz, vio bombarderos B-52 sobrevolando y luego escuchó el sonido de bombas que explotaban en dirección a la ciudad, provocando enormes nubes de humo que se elevaban en el cielo. La Agencia de Prensa Islámica (AIP) dijo que la confusión que rodea las conversaciones para la rendición del Talibán se debía la división entre las fuerzas de la Alianza que rodean Kunduz. AIP citó a un portavoz del Talibán allí, quien dijo que la milicia radical había llegado a un acuerdo con el caudillo uzbeko general Abdul Rashid Dostum. Pero fuerzas leales al ex presidente Burhanuddin Rabbani, un tayiko derrocado en 1996 por el Talibán y que formalmente dirige la Alianza, estaban insatisfechas con el acuerdo y lanzaron varios ataques que fueron repelidos, dijo el portavoz, a AIP.
El ministro del Interior de la Alianza, Yunus Qanuni, un aliado de Rabbani, dijo que las negociaciones habían fracasado y que esperaban capturar Kunduz por la fuerza durante el fin de semana. Según el ministro de Exteriores de la Alianza, Abdullah Abdullah, se dará tiempo a los talibanes para tratar la rendición hasta hoy y luego la palabra definitiva pasará a las armas. Pero Dostum anunció que había acordado la rendición con el líder del Talibán, que dirige unos 15.000 efectivos atrapados en Kunduz y la provincia del mismo nombre que rodea la ciudad. Dostum siempre ha sido un difícil aliado de otros líderes de la Alianza. En 1994, durante luchas internas entre los comandantes mujaidines en Kabul, protagonizó una fallida rebelión contra Rabbani. El ha cambiado de bando varias veces en los últimos años. Tropas de la Alianza lanzaron ayer algunos ataques al oeste de Bangi. "Como resultado de las ofensivas hemos tomado tres pueblos y cerca de 300 soldados del Talibán se rindieron. Hay calma y estamos esperando órdenes", dijo el comandante local Abdul Zahid.
A su vez, bombarderos estadounidenses atacaron las posiciones del Talibán la línea del frente cerca de Bangi, a unos 30 kilómetros al este de Kunduz, dijeron reporteros en el frente. Los periodistas dijeron que vieron pocas señales claras de combates en la parte este de Kunduz. Fuerzas de la Alianza dijeron que el checheno Khattab está al mando de las milicias de los talibán en la ciudad de Kunduz.
Temor a ejecuciones sumarias
Los temores de un baño de sangre en Kunduz aumentaron ayer. En la ciudad se concentran miles de combatientes paquistaníes, árabes y chechenos vinculados a la red Al Qaeda que prefieren combatir hasta la muerte antes que enfrentar el riesgo de ejecuciones sumarias. El secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Jack Straw, dijo que el presidente paquistaní, general Pervez Musharraf, expresó seria preocupación por la suerte de los defensores de Kunduz durante una reunión en Islamabad. "Estamos trabajando duro para ver si es posible evitar una masacre", dijo Straw a la prensa en el avión que lo condujo de regreso a Londres. "Eso significa obtener una evaluación mucho más clara de la situación y determinar si es posible lograr una rendición".
La Cruz Roja también expresó temores al respecto. "Hemos estado hablándole a ambos, a la Alianza del Norte y la coalición (liderada por EEUU) de nuestras preocupaciones sobre Kunduz", dijo en Kabul el portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, Bernard Barrett. "Específicamente (tenemos) preocupaciones, de acuerdo con la Convención de Ginebra, sobre el tratamiento a la población civil y el tratamiento adecuado de los prisioneros", dijo.
El descubrimiento de hasta 600 cuerpos en la cercana Mazar-i-Sharif, tomada por la Alianza del Norte hace dos semanas, ha avivado temores de un baño de sangre si la Alianza logra capturar Kunduz. La resistencia Talibán se ha desmoronado ante los bombardeos de EEUU y los avances de sus principales enemigos, la Alianza del Norte, durante las casi siete semanas que guerra.
Superbomba sobre Kandahar
La superbomba Blu-82 de siete toneladas, considerada el arma más poderosa de los arsenales convencionales de EEUU y destinada "a matar el mayor número posible de enemigos", fue lanzada ayer nuevamente durante los raids aéreos en las cercanías de Kandahar. Lo informaron fuentes del Pentágono, señalando además que los aviones nortemericanos tuvieron como objetivo las líneas defensivas e instalaciones militares de las milicias talibán. La superbomba, conocida como "daisycutter" (corta margaritas), ya había sido utilizada cuando los raíds pasaron de los ataques contra objetivos precisos a bombardeos rasantes sobre las fuerzas enemigas.
Un comandante de la milicia islámica que desertó recientemente dijo que los talibanes podrían tener hasta 600 tanques en la sureña Kandahar.
En el frente diplomático, las Naciones Unidas ha convocado en Alemania la próxima semana una conferencia de las facciones afganas rivales para tratar de dibujar un futuro político para el país étnicamente dividido tras dos décadas de conflictos. (Reuters y Ansa)