Los veterinarios europeos que inspeccionan la situación sanitaria del sector cárnico en el país dedicaron su segundo y último día en Rosario a controlar el tránsito de de camiones con hacienda en las rutas del sur provincial.
Los inspectores decidieron dejar de lado la visita prevista a un establecimiento ganadero de la localidad de Puerto Gaboto y una recorrida por el mercado de hacienda ubicado en Piñero. Tampoco asistieron a otras plantas frigoríficas de la zona, por fuera de la inspección que realizaron el jueves en el Swift.
El cambio de agenda es, en rigor, propio de la tarea de auditoría que están realizando. Es lógico que, sobre la base de una propuesta de actividades que les presentan las autoridades locales, los veterinarios europeos armen luego su propia ruta.
Así, mientras periodistas, funcionarios y representantes de los sectores productivos aguardaban a la misión en los lugares previamente agendados, los visitantes optaron por cambiar el itinerario y concentrarse en la tarea de parar camiones cargados de hacienda, para verificar si el transporte era acompañado de la documentación correspondiente y si esos papeles coincidían con las marcas del ganado.
"Ellos trabajan con un sistema del tipo check point, es decir que hacen un muestreo en los puntos que consideran críticos para determinar si el sistema de control sanitario funciona correctamente", señaló Chrystian Bianchi, vicepresidente de Aprocaboa.
La obsesión por el control al traslado de hacienda y la verificación de la documentación obedece al interés por auditar el funcionamiento del sistema de trazabilidad implementado en el país para garantizar al comprador final la información que permite hacer el seguimiento del producto desde su origen hasta el destino final. "En el Swift visitaron la planta pero sobre todo se dedicaron a controlar la documentación, lo que ellos quieren es asegurarse que la trazabilidad funciona bien", señaló el directivo de un frigorífico local.
Un dictamen clave
El informe de la misión de veterinarios europeos que está en Argentina es determinante para que el Comité Veterinario de la UE decida si rehabilita el acceso de productos cárnicos a ese mercado, cerrado desde marzo pasado cuando el gobierno admitió la existencia de focos de aftosa.
Además del escándalo de ocultamiento de la información, las dudas en torno de la trazabilidad en la cadena de carnes local fue uno de los factores que más influyó para que la auditoria realizada a principios de años tuviera resultados negativos.
Gonzalo Méndez, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe, señaló que los empresarios de Santa Fe son optimistas respecto de los resultados de las inspecciones "porque en la provincia siempre se trabajó de acuerdo a las normas más estrictas de sanidad y calidad".
La misión veterinaria europea, integrada por el italiano Ivo Filippini (un veterano de las inspecciones al país), el alemán Johannes Fiedler y el irlandés Ken Elliot partió ayer rumbo a Buenos Aires. En los próximos días tienen previsto visitar cuatro plantas de faena en la provincia vecina y luego trasladarse a Tucumán.
El recorrido termina el 30 de noviembre y, según señaló el presidente del Senasa, Bernardo Cané, a mediados de diciembre se conocería el dictamen. De salir todo bien, el funcionario aventuró que en enero podría reiniciarse la exportación a Europa.
El cierre de mercados externos por la aftosa provocó pérdidas cercanas a los 2.500 millones de dólares, tomando en cuenta no sólo la caída de las ventas al exterior sino el impacto que tuvo en la baja del precio del novillo y los problemas financieros que ocasionó a toda la cadena.
En Santa Fe, hay casi 3 mil obreros de la carne suspendidos o despedidos por la crisis. El lunes próximo, gremialistas y empresarios se reunirán con el secretario de Trabajo, Oscar Ercoli, para discutir posibles paliativos para el sector.
La Ciudad
