Año CXXXV
 Nº 49.310
Rosario,
sábado  24 de
noviembre de 2001
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Mundial 2002
La seguridad mella el repechaje Uruguay-Australia

Los seleccionados de Uruguay y Australia, atrincherados en sus respectivos reductos de Punta del Este y Montevideo, dieron pocas pautas de la forma en que afrontarán el partido de mañana que definirá la última plaza del Mundial Japón-Corea 2002.
La estrategia "de silencio" responde también, en parte, a los episodios de violencia que rodearon la llegada el miércoles a la capital uruguaya de la delegación australiana, que incluso consideró la posibilidad de ir a concentrarse a Buenos Aires y que incluso llegó a solicitar oficialmente el cambio de escenario del trascendental cotejo a la ciudad de Buenos Aires.
Las prácticas de ambos rivales se cumplen a puertas cerradas y sin acceso para los periodistas, lo que dificulta enormemente el trabajo de los medios para conseguir algún tipo de información de ambos equipos.
Australia llegó a Montevideo con la ventaja de haber ganado el martes 1-0 en Melbourne el partido de ida del repechaje clasificatorio, al que accedió como campeón de Oceanía, frente a los celestes, que fueron quintos en la eliminatoria sudamericana.
El gobierno uruguayo dio máximas garantías a la delegación visitante en cuanto a que su estadía en Montevideo contará con un importante dispositivo de seguridad, tanto en el hotel donde se hospeda como en los lugares de entrenamiento y en sus desplazamientos.
Un oficial de la policía de Australia viajó a la capital uruguaya para coordinar con sus pares locales las medidas a aplicar, también, en el estadio Centenario y sus alrededores el día del cotejo.
Un grupo de una veintena de fanáticos apremió con insultos, salivazos e intentos de golpes al plantel australiano que desembarcó en el aeropuerto de Carrasco, un episodio que derivó en una dura protesta de la Federación de ese país a la Fifa.
La Federación australiana llegó a solicitar al máximo organismo del fútbol mundial que el partido del domingo se disputase en campo neutral, más precisamente en Buenos Aires, un pedido que no prosperó, al entender la Fifa que el gobierno oriental cumpliría con todas las medidas de seguridad necesarias.
El gobierno uruguayo pidió las correspondientes disculpas a Australia por el incidente, y la embajadora concurrente australiana, Sarhym Miraham, quien viajó especialmente de urgencia desde Buenos Aires a la ciudad de Montevideo, dijo que el episodio no afecta las relaciones bilaterales entre ambas naciones.
Según medios de prensa, la policía local "sospecha" que los incidentes de la terminal aérea pudieron no ser espontáneos sino originados por una acción organizada, y el ministro del Interior, Guillermo Stirling, dijo que "ese aspecto está siendo investigado" y que se tendrían rastros concretos sobre las identidades de los agresores.
En el plano futbolístico, el seleccionado uruguayo cumplió ayer su práctica a puertas cerradas en la localidad balnearia de Punta del Este, a 135 kilómetros de Montevideo, adonde sólo se trasladará horas antes del comienzo del partido, previsto para las 16 de Argentina de mañana en el legendario estadio Centenario, que estará totalmente colmado en su capacidad.
Australia, que se entrena en la cancha del club local Bella Vista, reconocerá hoy el campo del estadio Centenario, escenario del crucial cotejo por la plaza número 32 del Mundial Japón-Corea.
Los boletos para las casi 70.000 localidades del estadio Centenario están prácticamente agotadas, lo que hace prever que el domingo los celestes contarán con un abrumador apoyo desde las tribunas para lograr una clasificación que muchos califican de difícil hazaña. (Ansa)



Muscatt trata de zafar de la agresión de un hincha.
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