Melincué. - La comunidad pide que se nacionalice la emergencia que desde hace un mes mantiene dos kilómetros de la ruta 90 bajo agua. "No queremos convertirnos en una nueva Picasa, pero hace diez años que venimos pidiendo una estación de bombeo y no tenemos respuesta", dijo el presidente comunal Osmar Otegui, mientras una bomba trabaja a destajo para salvar del anegamiento a una fábrica de fideos y a un motel de la ciudad.
El inédito régimen de lluvias de los últimos tiempos anegó un extenso tramo de la ruta 90 y cubrió de agua el predio de una gomería. Desde hace un mes una bomba extractora que consume unos 150 litros diarios de gasoil trabaja a pleno para defender una fábrica de fideos y al motel de la localidad, cuyas instalaciones están próximas al espejo de agua de la laguna.
La interrupción de la ruta causa una complicación extra. Los camiones ingresan a la zona urbana para retomar el camino, a pesar de que está prohibida la circulación de tránsito pesado por las calles céntricas del pueblo. La infracción genera multas y malos momentos.
"Pedimos por favor que los camiones no circulen, porque están destruyendo las calles del pueblo y el acceso a la localidad", enfatizó Otegui, quien rogó a los conductores "que comprendan que no es un problema comunal, sino provincial, porque la ruta 90 está a cargo de la Dirección de Vialidad y la administración local no puede interceder para su recuperación".
Otegui dijo que hasta el momento se trabaja para controlar el ingreso del agua más allá del anillo de contención que defiende un vasto sector del pueblo, pero advirtió que una lluvia de 150 milímetros podría complicar la situación e incluso habría que evacuar gente de los sectores periféricos.
Mantener la bomba extractora en actividad implica un alto costo en personal, mantenimiento y combustible, el cual se volvió insostenible para la comuna que, para solventar ese gasto, pidió ayuda a Hidráulica de la provincia. Desde esa misma repartición se realizaron las evaluaciones para reforzar el anillo de contención.
Obras que no llegan
Otegui calificó de "emergencia" a la actual situación y fue categórico al reclamar las obras estructurales por las que la población espera desde hace una década. "No logramos la estación de bombeo que estamos pidiendo, por eso ahora queremos que el coordinador de Emergencia Hídrica, René Bonetto, nacionalice nuestro problema", insistió el jefe comunal.
A favor de las obras definitivas para el lugar, se dictó la ley 11.634 que define el área de planificación ambiental del humedal de la laguna de Melincué, con proyectos hidráulicos y turísticos que aún no se pusieron en marcha. "En este momento estamos en condiciones de llamar a una expresión de interés de acuerdo a lo que contempla esa norma, pero hay tiempos políticos mezquinos, por eso le pido a los legisladores del departamento General López que pongan el hombro a este problema", argumentó Otegui.
"Vengo anunciando este tema pero al paso que vamos nos va a sorprender el agua y nos vamos a convertir en una Picasa más", enfatizó el jefe comunal y exhortó a agilizar los pasos pendientes para la realización de las obras estructurales que permitirán recuperar las rutas 90 y 93, además de ocho mil hectáreas de tierra ganaderas. "Hoy la laguna está en uno de sus peores momentos", sintetizó.
Una reparación que duró un mes
La ruta provincial 90 tiene hoy un tramo de dos kilómetros anegados, aunque es más larga aún su historia de reclamos por los baches y su intransitabilidad. Meses atrás se anunció un arreglo que duró un mes. "Tendría que haberse utilizado otro material, pero se hizo un trabajo en frío para economizar", relató Otegui.
La provincia eligió hacerlo así porque el costo es tres veces menor, apuntando a que dure el lapso necesario hasta la reconstrucción definitiva de la ruta, pero a pesar de que la gente de Vialidad fiscalizó la obra, la reparación no duró ni dos meses.