Que Fito es rosarino, que es de Central, que integró una movida que partió para Buenos Aires y triunfó; citas que remiten al folklore local y también a la nostalgia. Pero el mismo Páez diferencia dos tipos de nostalgia, y una le cae mejor que otra. "La verdad que la nostalgia de rosarino y de Central no me cae muy simpática. Soy un pibe de la cuadra de Santa Fe y Balcarce, pero tengo un poquito de imaginario que va más allá que eso. Y también hay que decirlo: la nostalgia por el mate y la camiseta no sé si me pega tanto. Sí me interesa, me gusta y forma parte de mi mundo, pero no dependo de eso para vivir. Y no dependía incluso cuando estaba en Rosario, me parece que sería como reducirte el panorama y la cosmogonía personal. ¿Por qué?, hay más también". Claro que hay cosas que el tiburón rosarino extraña, tanto es así que de vez en cuando se escapa de Buenos Aires para volver a vivirlas. "Lo que sí extraño siempre son las calles. Estar ahí. La nostalgia linda, digamos. A la nostalgia linda le llamo caminar a las 3 o 4 de la mañana por la city. Y ver cómo están las cosas ahora, ver que tienen otro tamaño. Y recordar una época que fue preciosa. Eso sí, es algo que me gusta hacer por lo menos una o dos veces por año. Ir a Rosario a eso. Caminar a la noche cuando está todo el mundo durmiendo y patearme la ciudad".
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