Año CXXXV
 Nº 49.308
Rosario,
jueves  22 de
noviembre de 2001
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El rosarino adelanta el recital que ofrecerá mañana en la explanada del CEC
Fito Páez: "No hay fórmulas para ser feliz"
El compositor aseguró que hay que disfrutar hasta los peores momentos de la vida

Pedro Squillaci

Fito está feliz. Dejó por ahora ese mundo de celuloide que le inyectó su película "Vidas privadas" y regresó a los teclados, a su banda, a las giras. En fin, volvió a su primer amor: la música. Esa dama que descubrió por las calles de aquí a la vuelta y se llevó a recorrer el mundo. "La música es una novia que tengo hace muchos años", asegura, y casi inmediatamente hará la diferencia con el séptimo arte: "En cambio el cine es una novia nueva". Páez tocará mañana en la explanada del CEC, Sargento Cabral y el río, acompañado de su grupo integrado por Guillermo Vadalá (bajo), Gonzalo Aloras (guitarra), Gabriel González (teclados) y Sergio Verdinelli (batería).
-¿Qué significa volver a Rosario después de un año que estuviste a full con tu película?
-Imaginate, tenía muchas ganas de volver a tocar, un año sin estar tocando fue como si me hubieran amputado algo. Ya estando en sala de montaje en Madrid, en julio, llamé para Argentina, y dije "muchachos, organízenme lo que sea, algo, que tengo ganas de tocar". Yo ya sabía mas o menos cómo estaba Argentina de duro, así que me llamaron a la semana y plantearon un sistema de producción distinto. Me dijeron, si querés tocar tenés que hacerlo en determinadas circunstancias...
-¿Por ejemplo?
-Bueno, armamos un grupo muy, muy reducido de técnicos y de músicos y ya hicimos siete conciertos. Nos está yendo muy bien, con lleno total en Usuhaia, Río Grande, Río Gallegos, llenamos tres veces el Opera y tenemos buenas ventas en el interior. Así que de alguna manera también lo tomo como un gran abrazo y un gran recibimiento, después de estar tanto tiempo afuera, con toda la crisis diabólica que hay. Volver a retomar contacto con la gente para mí es muy saludable.
-¿El show en Rosario será igual que los de Buenos Aires?
-Mirá, no estamos repitiendo lista en ningún concierto. Todos los conciertos fueron diferentes, todos los repertorios fueron distintos, tuve la suerte de armar un quinteto y sacar en muy poco tiempo como cuarenta temas. De todos modos, los chicos ya estaban ensayando antes que yo viniera de España. Así que calculo que tendremos como cuarenta o cincuenta temas para elegir.
-¿Hay temas que en Rosario no podés dejar de hacer, no?
-No sé, ¿cuáles?
-No sé, te pregunto a vos.
-No,no, porque la verdad es que he tocado tanto en Rosario que vamos a hacer una lista muy aleatoria. Además, pasan cosas de sorpresa, el otro día la gente pidió "Del 63" en el Opera y fue muy emocionante. De golpe empecé a tocar la canción después de muchos años que no la hacía y empecé a escuchar la letra por primera vez. O sea, te quiero decir que puede pasar cualquier cosa.
-¿Por qué ahora te atrevés a hacer temas de Caetano Veloso, de Charly García, de Luis Alberto Spinetta o tangos, cuando antes no lo hacías?
-Es que ese es parte del material que llevo conmigo siempre. Hay canciones que están siempre sonando, y la idea es: "bueno, por qué no pasarlas al concierto, ¿no?". Y se arman versiones muy preciosas. En el caso de Charly y Luis sacamos versiones muy similares a los discos, respetando los arreglos y los timbres originales. Te diría con precisión matemática. Y después con Caetano y con el tango, ya son versiones mas disparatadas.
-Con el cine te enganchaste porque te da más libertad para jugar, ¿con la música te pasa lo mismo?
-Con la música también podés jugar, pero lo que pasa que es una novia que tengo hace muchos años (risas). En cambio, el cine fue una novia nueva. Y en realidad fue muy complejo hacer cine, por que fue tan difícil el montaje de producción, que haber hecho una película me siento como haber cruzado la cordillera de alguna manera. Salvando las distancias con el general, ¿no?
-¿Qué tal la presentación de "Vidas privadas"?
-Bueno, mirá, hicimos la presentación de la peli en San Sebastián y fue precioso. Hicimos cinco presentaciones con coloquio, o sea con debate después de verla. Y todo lo que sucedió ahí fue maravilloso. Desde las opiniones de la gente hasta las discusiones que se armaron.
-¿Y con respecto a las críticas?
-Tuvimos muy buenas críticas en los diarios vascos; una medio rara en El País (Madrid), buenas críticas en Barcelona y en diario El Mundo (Madrid). Y ahora entramos en la tercera semana de exhibición, así que estamos contentos, de verdad.
-¿La seguís disfrutando la película después que terminó?
-El tema es que con la peli, la tarea termina cuando termina la edición, después no tenés más nada que hacer.(Piensa) Lo que pasa es que con la música tenés que estar ahí en el escenario peleándola. Entonces es más parecido al toreo, estás ahí en la arena. Y no es tan excitante lo que pasa con el cine después que terminás la película. En cambio la canción la podés reinventar todo el tiempo cada vez que te subiste al escenario.
-¿No temés dedicarte tanto al cine, que la música quede de lado.
-No, no me lo imagino eso. Sería raro. De hecho, no está sucediendo así. Es más, estaba haciendo montaje y tenía ganas de salir a tocar. Y ya estoy tocando. Y te digo que empiezo a grabar un disco entre enero y febrero.
-¿Ya tenés algún título o algún concepto dando vueltas?
-Tengo algunas cosas hechas. Las que fui haciendo entre el montaje y la mezcla de la película, que son tres o cuatro temas terminados. Después tengo mucho material para rever de los sobrantes de los discos, y tengo los 30 días para componer y laburar durante la grabación del disco, que ahí va a estar la pulpa, ¿no?
-¿Cómo evaluaste "Rey Sol"?
-Para mí fue divino hacerlo. Fue un disco hecho entre giras, antes de terminar la gira de "Abre", con material muy fresco, recién hecho. Y lo que fue maravilloso fue grabarlo y mezclarlo en 18 días. Eso fue decir "vamos a hacer un disco", como a la vieja usanza. Calculá que en general me llevaba dos meses, o tres como mucho. Pero éste fue grabado y mezclado en 18 sesiones, y "Abre" fue igual.
-¿Cuándo ves el país tan golpeado, te da ganas de irte con tu piano a cualquier parte o te querés quedar a pelearla como sea?
-Y...es una sensación muy ambigua, ¿no? Por un lado, ahora estuve en España como seis meses y me ofrecieron hacer 400 mil cosas, desde grabaciones hasta giras, no sólo por España, y son cosas bonitas para hacer. Pero por otro lado, quiero ver qué pasa en Argentina, en el peor momento del país, quiero hacer una gira para ver qué está pasando acá adentro.
-¿Cómo es tu vida ahora? ¿Sos un padre convencional o no?
-Es que no sé que es convencional. La llevo como puedo o como quiero, supongo que como todo el mundo. ¡Bah!, no me levanto a las siete de la mañana, quiero decir, a menos que esté filmando. Ahí me levantaba todos los días a las seis, porque el dinero corre y la gente trabaja así, y había muchas escenas de día.
-Pero con Martín escuchás tus discos, lo llevás a pasear...
-Mirá, la ventaja mía es que tengo la suerte de pasar mucho tiempo con Martín. Más que cualquier otro padre que trabaja como loco. Nosotros lo llevamos a donde vamos, puede estar en el teatro, en la sala de ensayo, en el set de filmación de Ceci, en la sala de edición conmigo. Tenemos muchas posibilidades de estar con él.
-Ahora que la nombraste a la Roth, ¿por qué siempre se te escucha decir que tuviste suerte al conocerla?
-Bueno (ríe), eso es humor. Lo digo porque no es fácil encontrar una persona para compartir tu vida. Entonces, digo, que si encontrás alguien así..este...es suerte (vuelve a reír).
-Encima es Cecilia Roth.
-Y sí, para mí es mi chica, que sé yo.
-Fito, siempre te pusiste un norte en tu vida. ¿Ahora tenés alguna zanahoria que perseguir?
-(Piensa) La vida. La vida que está tan llena de cosas, me parece que esa es la gran zanahoria para poder comérsela toda, y disfrutarla, y sacárle una sonrisa incluso en lo peor. Ahí está todo. Después eso puede tomar forma de música, de cine, de intimidad familiar, de yoga o de pelearse el pan todos los días. Pero no hay fórmulas para ser feliz. Simplemente estar ahí, intentando sacarlo adelante y disfrutándola.
-Pensás realmente que las cosas van a estar mejor, como decís en "El diablo en tu corazón?
-(Interrumpe) Bueno, ese es un grito. No es una sentencia, es un grito de deseo.



El músico rosarino ofrecerá mañana un recital en el CEC.
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