Oscar Lehrer
Continúa sin aparecer una solución en el conflicto existente entre un grupo de árbitros (afiliados a la AAA) y el consejo directivo de la Asociación Rosarina de Básquetbol, hecho que se está extendiendo a toda la provincia y poniendo en peligro el desarrollo los distintos torneos. Este problema (exclusivo entre la rosarina y algunos de sus jueces), es una lucha de poderes, algo que no es nuevo y donde el único perjudicado es el básquetbol. Lo que llama la atención es que los árbitros en conflicto (asociativos, federativos y en menor número nacionales) por verticalidad y aún perjudicándose económicamente, aceptaran las sugerencias de no retirar los nombramientos para los distintos partidos. Pero lo curioso es que esos mismos jueces son los que se han dejado llevar a esta situación, por dos de los máximos referentes del arbitraje de la provincia (en este caso Eduardo Bellón y Osvaldo Bautista) a quienes no les interesó ser solidarios con sus colegas porque ellos salvan el bolsillo dirigiendo todos los fines de semana en la Liga Nacional. Por eso cabe preguntar: ¿No habrá llegado el momento de que ambas partes (árbitros y dirigentes) dejen de lado actitudes de soberbia y se sienten de una buena vez a dialogar buscando encontrar una solución?
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