"Cuando me junto con músicos de otras culturas me siento como la abeja transmitiendo el polen. «Ah eso también es de la Argentina, porque nosotros sólo conocíamos el tango», suelen decirme". Así definió Barboza su función de artista. El acordeonista destacó la calidad de su colega el Chango Spasiuk, pero también promocionó a un poco difundido acordeonista rafaelino, Antonio Figueroa, "que es digno del más absoluto respeto". También destacó la labor del brasileño Oscar dos Reis, y de un argentino poco valorado y difundido como Ildo Patriarca. "Nuestra cultura está más allá del sabor si un músico tiene o no una capacidad, la capacidad real está en el corazón", expresó y añadió: "Nunca me animaría a tocar, como lo hace el Changuito Spasiuk que tiene raíces ancestrales que le vienen de Europa, temas de Hendrix. Soy de origen guaraní y quiero quedarme en mis raíces. El por una razón generacional está más cerca de esa música que yo. Pero alguna vez me di el gusto de invitarlos a tocar a él y a Antonito Tarragó Ross y quien te dice que en algún día se pueda hacer algo".
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