U.G.Mauro
"Ando al pelete y acá me tenés, en París y preparando la valijita para largarme para allá. Soy de viajar ligero de equipaje porque allá en Argentina me esperan mi otra acordeona y algunas pilchas con las que me presento". Alegre y con el tono formal y pausado de su voz, el acordeonista Raúl Barboza dialogó días atrás desde la capital francesa con Escenario a propósito de su presentación de hoy a las 21.30 en el Centro Cultural Provincial Manuel de Lavardén, Sarmiento y Mendoza. Este acordeonista, creador entre otros éxitos de temas como "El tren expreso", un prodigio de digitación al que pocos se atreven es, contrariamente a lo que podría suponerse, no un correntino sino un porteño de ley pero con una profunda ligazón ancestral con el litoral argentino. -¿Piensa venirse con muchas novedades? -En realidad los recitales que voy a ofrecer en Rosario y en Buenos Aires serán en trío ya que voy a tocar con un guitarrista cordobés que conozco desde hace mucho y que se llama Choli Soria, y voy a contar con la colaboración de un gran artista que es el arpista Amadeo Monges. -¿Pero con qué repertorio? -Lo más importante para mí fue siempre tocar sin hacer ninguna demostración de nada. Es decir, poder contar en cada tema una pequeña historia. Hay canciones nuevas que compuse en Europa con ritmos de chamamé y rasguido doble y también algunos temas tradicionales de mis viejos colegas y de mi padre. -¿Se vive de un modo distinto tocar para un público europeo y para el argentino? -Lo que voy a sentir es muy distinto. No va a ser ni mejor ni peor, sólo que cuando estoy en Europa trato siempre de absorber los recuerdos que tengo de mi tierra. -¿Cómo cree que reciben su propuesta? ¿no les suena extraña? -Es verdad. Les suena extraña, pero también es cierto que no hablo de Francia, y sin arrogancia de mi parte siento que les abro una valija y les digo: "Queridos amigos, toda esta gente que está dentro de esta valija me enseñó lo que les voy a mostrar. Aquí hay paisajes y paisanos de mi región; hay aborígenes ancestrales que me pertenecen, hay hombres de Buenos Aires, de la Mesopotamia y esto es lo que puedo mostrar". Puedo decirte que tras eso y lo que hago, mucha es la gente que me ha abrazado con emoción. Me pasó en Holanda, en Japón, Inglaterra, Canadá... pero no soy yo sino la música que nos pertenece la que logra esto, sin ninguna otra pretensión. Trato de hacer el bien al alma del que está escuchando. -Considerando la fuerte presencia del acordeón en la cultura francesa, ¿qué cosas le marca el público o los demás colegas respecto de su técnica? -Yo hace casi 15 años que estoy en Francia con mi señora, y ni siquiera al principio, sufrí algún tipo de rechazo. Sólo tuve que vivir mucha curiosidad por parte de los colegas y la gente ya que tal vez Astor Piazzolla jugó un rol muy importante, por que no solo habló muy bien de mí sino también de (Tránsito) Cocomarola, de (Ernesto) Montiel. El estaba muy al tanto de lo que pasaba en nuestra música y lo transmitía. Acá en Francia he tocado con músicos muy humildes y de gran nombre, porque aquí no se hace diferencia entre quien tiene más o menos nombre. Todos notan que mi acordeón suena diferente y me preguntan el porqué... -¿Y usted que les contesta? -Si suena diferente no es porque yo toque mejor ni porque los franceses toquen mejor. El instrumento es el mismo; cinco hileras mano derecha e izquierda, pero suena tan distinto como cuando yo hablo francés, porque existe una diferencia en el toque. Al francés le gusta tocar con agudos y descarga toda su sapiencia en la mano derecha. Yo en cambio toco a la argentina, como tocan los bandoneonistas, y eso da un sonido totalmente diferente. Al fin y al cabo lo que les importa es que la persona que toca lo haga sin mezquinar lo que sabe. -¿Allí usted es un representante de la llamada world music? -A mis discos se los encuentra en ese rubro y también en música argentina. En la categoría de la world música en Francia se entiende a todo lo que no sea clásico, jazz o varieté. En estos momentos se pueden hallar en las bateas francesas tres o cuatro discos que yo grabé por acá. -¿Incluye música francesa en los discos que aquí no se conocen? -Yo toco con músicos de todas partes, gitanos, hindúes, flamencos, pero no hago mezclas. Ni ellos aprenden chamamé ni yo el flamenco, pero en música siempre hay ritmos que son convergentes.
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