"Yo siento que nos están apoyando, y apoyando mucho", dijo ayer el ministro de Economía, Domingo Cavallo, al salir de una reunión de media hora que mantuvo en Ottawa, Canadá, con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, y el presidente de la Reserva Federal de ese país, Alan Greenspan. El ministro les explicó detalladamente los términos del acuerdo alcanzado con los gobernadores, el proyecto de presupuesto para el año 2002 y el programa de canje de deuda pública. Aunque no se trajo plata, sí se trajo el apoyo verbal de los norteamericanos y del presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, quien destacó explícitamente el "tremendo progreso realizado por Argentina para paliar la crisis". Cavallo buscó apoyo internacional al canje de deuda en la cumbre del Grupo de los 20, que reúne a los países industrializados y a algunas naciones emergentes, que se realizó en la ciudad canadiense de Ottawa. Aunque aclaró que no pidió garantías extra para avanzar en el tramo internacional de la reestructuración, que se realizará en dos meses, sí admitió la necesidad que tiene el gobierno de que los organismos multilaterales de crédito desembolsen rápidamente los fondos (1.200 millones de dólares en lo inmediato) comprometidos en el marco del blindaje financiero. El ministro señaló que "en las próximas semanas" llegará la misión del Fondo Monetario Internacional para auditar el cumplimiento de las metas fiscales en el cuarto trimestre del año, y se mostró optimista respecto de las negociaciones que están llevando a cabo los secretarios de Finanzas y Hacienda, Daniel Marx y Jorge Baldrich, en Washington, con los representantes del organismo internacional. Precisamente, el ministro busco en Ottawa armar un consenso político de gobiernos y organismos multilaterales para vencer las resistencias que está poniendo el Fondo al desembolso de esos créditos. En parte, logró su cometido. El primero en enviar señales positivas fue el titular del Banco Mundial, uno de los partícipes del programa de blindaje financiero, quien destacó el progreso de la Argentina en su lucha contra la crisis. Sin embargo, se mostró cauto. Dijo que esperaba que el gobierno pudiese alcanzar sus metas de reprogramación de deuda en cooperación con el FMI. "Si eso sucede, si funciona con el FMI, estamos muy listos para continuar nuestro programa de créditos", dijo. Poco después, Cavallo ingresó a la reunión con O'Neill y Greenspan. Por espacio de media hora les explicó los alcances del programa de reestructuración de deuda y les contó en detalle el acuerdo conlos gobernadores. Según comentaron fuentes de la delegación argentina (integrada además por el vicepresidente del Banco Central, Mario Blejer, y el embajador argentino en Canadá, César Mayoral), O'Neill se mostró especialmente interesado en indagar sobre el nivel de consenso político en torno al plan, mientras que Greenspan se limitó a mirar fijamente al ministro de Economía, sin decir palabra. Entre otras cosas, el ministro les aseguró a sus interlocutores que no devaluará y les dijo que antes de echar mano de esa alternativa, optará por la dolarización. Al término del encuentro, un portavoz del Departamento del Tesoro, hizo la declaración de rigor: "El plan de refinanciación de deuda ofrece argumentos de que funcionará y el ministro compartió con nosotros la información que se ha ofrecido al FMI". Antes del encuentro con Cavallo, O'Neill había puesto una cuota de optimismo, al asegurar que "las cosas con Argentina van a estar bien". La clave, está claro, es el visto bueno del FMI. Hacia allí se dirigieron todas las presiones y, mientras Cavallo departía con los funcionarios norteamericanos, Marx y Baldrich explicaban las cifras del programa fiscal argentino a los técnicos del organismo que conduce Horst Köhler. "Sólo hablamos de diferentes estrategias para salir de la crisis", dijo escuetamente Marx. Cavallo, por su parte, adelantó que "en las próximas semanas habrá una misión a Buenos Aires y obtendremos desembolsos del FMI y el Banco Mundial". Cavallo insistió en que no ha pedido nuevos créditos a los organismos financieros internacionales ni garantías para el canje de deuda. "No hemos pedido garantías ni al Tesoro de Estados Unidos ni a ningún otro gobierno, Argentina decidió ir adelante con esta solución integral al problema de su deuda con sus propias garantías", dijo. Sin embargo, sí subrayó que los desembolsos de préstamos ya aprobados "son imprescindibles". En el mismo día, Cavallo también se reunió con el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malan. La agenda de encuentros incluye, en el futuro inmediato, a sus colegas de Japón, Masajuro Shiokawa; de Canadá, Paul Martin, y el español Rodrigo Ratto. El domingo tiene previsto encontrarse con el jefe del FMI, Horst Köhler.
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