Año CXXXV
 Nº 49.303
Rosario,
sábado  17 de
noviembre de 2001
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Brasil, ¿realmente o mais grande?
A pesar de la clasificación al Mundial, la desorganización y las críticas son la constante

La angustiosa clasificación del seleccionado de Brasil para Corea-Japón 2002, sufrida como nunca hasta la última fecha de las eliminatorias sudamericanas, no solamente desnudó la crisis de un equipo que cambió cuatro veces de entrenador durante el torneo, sino que sacó a la luz otras miserias desconocidas del fútbol tetracampeón del mundo.
Brasil -ganador de los mundiales de Suecia 58, Chile 62, México 70 y EEUU 94-, logró recién su decimoséptima participación en un mundial en la última fecha al golear por 3 a 0 a Venezuela, uno de los equipos más débiles, que finalizó en el penúltimo puesto.
"Por antecedentes se presumía que lo iba a hacer (clasificarse), aunque no con tanta incomodidad", consideró en su oportunidad el director técnico del seleccionado argentino, Marcelo Bielsa.
Pero como nada es fruto de la casualidad, y menos cuando se debe participar en un certamen tan complicado como las eliminatorias durante dos largos años, los problemas domésticos que vive el fútbol brasileño tarde o temprano debían repercutir en su selección nacional. Y eso es lo que finalmente aconteció.
En los últimos meses el fútbol de Brasil se encontró sumergido en escándalos de corrupción que salpicaron a sus máximas autoridades, llegando inclusive hasta el intocable Ricardo Teixeira, titular de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) -actualmente de licencia- y yerno del ex presidente de la Fifa, su compatriota Joao Havelange.
Y para completar este complicado panorama aún más, están las agudas crisis económicas que atraviesan la mayoría de los clubes y que sus grandes figuras -con excepción de Romario-, están jugando en el exterior.
Seguramente esta suma de inconvenientes obligó en parte a que el seleccionado brasileño tuviera en las eliminatorias cuatro entrenadores -Wanderley Luxemburgo, Candinho, Emerson Leao y, finalmente, Luiz Felipe Scolari- que probaron unos 60 jugadores.
Con Luxemburgo, Brasil ganó cuatro partidos, perdió dos y empató dos.
Candinho, en tanto, debutó y se despidió con la goleada a Venezuela por 6 a 0, Después se hizo cargo del equipo Leao (una victoria, un empate y una derrota) y luego asumió Scolari (tres ganados y tres perdidos).
"Brasil arrancó mal y eso lo hizo jugar con mucha ansiedad y tensión", apreció por su parte el argentino Jorge Valdano, campeón del mundo en México 1986 y actual director deportivo del Real Madrid, de España.
Luego de los 18 partidos de las eliminatorias Brasil finalizó con los mismos puntos que Paraguay (30), pero quedó en el tercer puesto por tener una mejor diferencia de goles, muy lejos de Argentina, que finalizó en el primer puesto con 43 unidades.
Brasil ganó nueve partidos, empató tres y perdió seis, todos de visitante. Ellos fueron Paraguay (2-1 en la quinta fecha), Chile (3-0 en la séptima), Perú (3-1, en la undécima fecha), Uruguay (1-0, en la fecha 13, Argentina (2-1, en la fecha 15, y ante Bolivia (3-1, fecha 17).
La anemia ofensiva de Brasil en las eliminatorias fue tal que sólo el veterano Romario y la estrella del Barcelona de España, Rivaldo, ambos con ocho tantos -uno menos que Hernán Crespo (Argentina) y Agustín Delgado (Ecuador)- figuran en los primeros puesto de la tabla de artilleros.
Un día después de logrado el objetivo de clasificar al mundial, la prensa brasileña exigió cambios en el equipo.
El diario deportivo Lance pidió "Cambios, ya", mientras que O Globo tituló: "El sufrimiento se acabó".
"El objetivo fue alcanzado. Estamos en la Copa. La clasificación, sin embargo, no puede servir para ocultar lo que el país entero pudo ver: una campaña insufrible, marcada por el cambio de entrenadores, las constantes y frenéticas modificaciones de jugadores y la omisión, falta de crédito y desorganización de la Confederación Brasileña de Fútbol", criticó O Globo.
De cara al Mundial, tanto la prensa como los aficionados esperan el retorno del delantero Ronaldo Nazario de Lima y del veterano goleador Romario para reforzar el equipo en ataque y poder soñar con el quinto título del mundo.
Ronaldo volvió a jugar hace pocas semanas después de casi dos años, luego de sufrir una doble lesión de rodilla, mientras que Romario -uno de los goleadores del seleccionado y segundo con 16 conquistas en la tabla de artilleros del Campeonato Brasileño- es ignorado por el técnico Scolari.
Sin embargo, el veterano entrenador Mario Lobo Zagallo -campeón del mundo como jugador de la selección brasileña en 1958 y 1962, como entrenador en 1970 y como asistente en 1994-, calificó como "grave" que Brasil dependa todavía de Romario, a quien describió como "un delantero de área, con gol, técnica... y 35 años. Eso quiere decir que las cosas no están bien", remarcó.
Los brasileños esperan ahora, como dijo Valdano, "ver una versión distinta" del equipo en el que brillaron Pelé, Garrincha, Didí, Gerson, Tostao, Zico, Rivelino y el propio Romario, entre otras figuras tan emblemáticas como extrañadas por los "más campeones del mundo". (Télam)



Scolari, cara de un proceso que deja mucho que desear.
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