Mauricio Maronna
Cuando renunció a ser ministro del Interior de Carlos Menem y admitió haber estado "parado en un nido de víboras", Gustavo Beliz fue víctima de una feroz chicana, en forma de apodo: "Zapatito blanco", lo bautizaron desde el entorno presidencial. Tras ese episodio, Beliz construyó Nueva Dirigencia, tuvo acercamientos y disputas con el cavallismo y, finalmente, regresó al peronismo. Hoy está trabado en una pelea cuerpo a cuerpo con el ARI por la tercera banca a senador porteño (que disputa con Alfredo Bravo) y, en una entrevista con La Capital, no duda en tildar de hipócritas a Elisa Carrió y al propio legislador socialista por negarse a abrir la totalidad de las urnas en la Capital Federal. -¿En qué etapa judicial se encuentra su reclamo por la banca? -Lo primero que hay que tener en cuenta es la actitud absolutamente antidemocrática del ARI, cuyos fiscales no autorizaron a que se abriera la totalidad de las urnas para el recuento de votos. Solamente se abrió el 10%, y en esa apertura recuperamos una cantidad importante de votos. Estoy pidiendo que se habilite el 90% restante, esto es básico. Además, cuestionamos la pretensión del ARI de sumar dos boletas distintas para la candidatura a senador, violando lo que dice el artículo 54 de la Constitución nacional. -¿En qué basa su petición? -En la propia presentación que, previo a las elecciones, hizo el ARI pidiendo que no se le sumaran los votos del partido que ahora pretende que sí se le sumen (en relación a la agrupación comandada por Juan Carlos Dante Gullo). Acá lo básico es contar los votos y respetar la Constitución. El ARI se autotitula campeón de la ética pero bastardea la Constitución. -Resulta curioso que se pretendan sumar los votos de dos boletas cuando a nivel nacional no hay ley de lemas. -Efectivamente, es así. Quieren que para que Bravo sea senador impere el sistema de lemas, cosa que está prohibido. Además se daría la paradoja de que, si resulta electo Bravo, se elegiría al tercer senador otorgándole esa banca al partido que salió tercero y octavo en las elecciones. Yo le gané claramente a Bravo por más de 50 mil votos y el ARI tiene que aceptar ese resultado. -¿Hay un doble discurso del ARI? -Sí, tuvo una actitud absolutamente antidemocrática. Y encima me agravian y me dicen de todo cuando, en lo concreto, se negaron a abrir las urnas. Son muy hábiles para declamar con soberbia una ética exclusiva, pero cuando llega el momento de respetar la ley no la cumplen. El caso más patente del doble discurso tiene que ver con lo que le pasó al ARI en Rosario: se quejan de que fueron víctimas de la corruptela política, pero en la ciudad de Buenos Aires hacen lo mismo. Tal cual. -Su reclamo terminará en la Corte. ¿Tanto tiempo discutiendo por una banca no operará como un bumerán ante la gente? -Peleo por lo que es justo, no tengo una ambición personal por la banca. No quiero embarrarme en el escándalo, pero hemos pisoteado durante décadas la Constitución y los sistemas electorales. Es elemental que se cuenten los votos. -¿Cómo evalúa la proximidad del PJ de regresar al poder sin haber hecho una mínima autocrítica respecto de la gestión anterior? -El peronismo necesita tener un proyecto y un rumbo estratégico que le devuelva a la Argentina un modelo nacional. La crisis es de tal magnitud que se devorará a los individualismos, a los liderazgos egoístas. La Argentina ya no es manejable con trucos mediáticos o con eslóganes vacíos de contenido; hay que tener proyecto de Nación, equipos para gestionar la crisis terminal y liderazgo claro. Sin estos elementos, sea quien sea el que gane, la Argentina no será gobernable. -¿Qué presidenciable le parece más atractivo: Reutemann, De la Sota, Ruckauf o Duhalde? -No hay buen viento para un velero sin rumbo. Hay que rescatar las banderas del peronismo y de los millones de independientes que no quisieron votar el 14 de octubre.
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