Buenos Aires.- El juez de Instrucción Alberto Seijas dictó ayer la prisión preventiva de los tres hombres sospechados por la violación y homicidio de la maestra María Fabiana Gandiaga, perpetrado en las instalaciones del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (Geba) de esta capital el 20 de octubre pasado.
Además del procesamiento, el magistrado dispuso que los tres hombres permanezcan en prisión y les trabó embargo por unos 200 mil pesos a cada uno, informaron fuentes judiciales.
La medida recayó sobre Fernando Antúnez, Miguel López y Carlos Vallejos, los tres considerados presuntos "coautores" del delito de "violación seguida de muerte", una figura penal que contempla penas de hasta 25 años de prisión.
Según revelaron las fuentes, el juez Seijas halló "elementos suficientes para, en este estado de la causa, dictar los procesamientos" y en su resolución manifestó que la docente sufrió "violencias dirigidas a cometer la violación, que luego provocaron su muerte", añadieron los voceros.
En ese sentido, el magistrado valoró informes de los médicos forenses que indicaron que Gandiaga habría sido sujetada fuertemente por el cuello, lo que le habría provocado una fractura en un cartílago cercano a la tráquea. Esa lesión habría provocado una suerte de desvanecimiento de la mujer, lo que sumado a la posición en que quedó su cuerpo durante los hechos le habría provocado la asfixia por la que murió, explicaron.
Las fuentes revelaron, además, que el magistrado no halló elementos suficientes para dar crédito a la ampliación de indagatoria de Antúnez, quien a fines de la semana pasada había involucrado a una cuarta persona en los hechos, identificada de momento sólo por su nombre de pila, Enzo.
Más aún, según se supo, Enzo -quien ya declaró como testigo en la causa- es un empleado del club que sábado por medio quedaría a cargo de la intendencia de la institución, pero que el 20 de octubre último, cuando fue violada y asesinada Gandiaga, no prestó servicios.
Esa versión fue corroborada "por varios testigos", entre ellos otro empleado que también sábado de por medio quedaba al frente de la intendencia y que fue quien trabajó el día en que ocurrieron los hechos.
Las fuentes relataron, además, una circunstancia hasta ahora desconocida sobre el hallazgo del cuerpo: fue bajado y no arrojado a un hueco de unos cinco metros de profundidad, que a su vez tiene un desnivel de unos 75 centímetros, donde estaba depositado el cadáver.
"De las pericias no surgió que el cuerpo hubiera sido tirado, por lo que tenemos por cierto que lo bajaron hasta allí", dijo un allegado a la investigación.
La resolución del juez Seijas será apelada por los abogados de los tres detenidos -empleados de una empresa de limpieza que presta servicios en Geba-, por lo que será la Cámara del Crimen la que deberá pronunciarse. En el caso de confirmarse los procesamientos, la causa se encaminará a juicio oral y público.
Gandiaga desapareció el sábado 20 de octubre en la sede del club Geba, en Perón al 1100 del microcentro porteño. La mujer había llegado allí para presenciar una exhibición de taekwondo en la que iba a participar su hijo, de 6 años.
En un momento María Fabiana le dijo a la madre de otro chico que salía a comprar una gaseosa y no volvió más. Una semana más tarde su cadáver apareció en las mismas instalaciones del club, semidesnudo y con signos de ultraje. Poco después y mediante el rastreo de dos llamadas telefónicas hechas desde el celular que le robaron a la víctima (ver aparte), fueron detenidos los tres hombres acusados por el crimen. (DyN)
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