Fernando Gabrich
Es cierto, "Tiempo de revancha" es el título de una película argentina que deambuló por los cines locales durante la década del 80. Pero bien podría utilizarse para definir el momento que atraviesa Nicolás Pavlovich. Porque ya pocos recuerdan cuándo debió dejar el club que lo crió futbolísticamente allá por junio del 99 y abandonar sus sueños de jugar en primera para desembarcar en Argentino y su proyecto de permanencia en el Nacional B. Pero el tipo, callado y con temple esperanzador, no bajó los brazos. Fue, jugó, y luego de una temporada sin fisuras, regresó al parque Independencia para cumplir su sueño. Y allí, de a poco, empezó la historia reciente. Esa que está emparentada con la revancha. Y en la que el domingo ante Central él se encargó de ponerle el rótulo con el gol del empate y una destacada actuación. "El gol fue una sensación muy linda, inolvidable", abrió el diálogo con Ovacion el delantero, quien cuando convirtió señaló a su padre que estaba en la platea y había viajado desde Balcarce para ver el partido. "Al menos el viaje valió la pena. En el gol lo señalé a él y fue para toda mi familia", agregó. -Si bien habías marcado ante Argentinos, llevabas muchos partidos sin hacerlo. Parece que valió la pena esperar. -Sí, igualmente un delantero quiere meterla siempre. Por ahí son rachas y ahora que estoy en la buena, espero seguir. -¿Pensás que esta buena actuación te permitirá volver a la titularidad? -No sé, habrá que esperar lo que dice el técnico. Yo sigo como siempre, entrenándome duro para tratar de hacer lo mejor. -¿Te molestó ir al banco? -No, creo que estaba bien ya que hacía varios partidos que no podía convertir. Obviamente a nadie le gusta salir, pero hay que entender las situaciones y aceptarlas. -Con el gol del domingo ya van dos que le hacés a Central, eso te debe enorgullecer un poco. -Sí, es muy lindo. Es decir, siempre es muy bueno convertir, pero hacerle goles a Central es algo especial por lo que significa para nosotros y para la gente. -¿Sentís que el gol te sirvió para ir metiéndote en el corazón la gente de Newell's? -La gente de Newell's siempre reconoció mi esfuerzo más allá de que a veces no pude convertir. Igualmente, los goles sirven para ganarse un lugar en el corazón de los hinchas. Más cuando son a Central. -¿En cuánto cambiaste de aquel jugador que se fue a jugar a Argentino? -Más que nada maduré. Cuando me tuve que ir no venía jugando y el hecho de jugar en Argentino me sirvió mucho para crecer. No me gustaba irme del club donde nací, pero con el tiempo me di cuenta de que me sirvió mucho. Fue como una prueba que me vino muy bien y ahora estoy mucho más maduro. Ahí aprendés a jugar con más roces y mañas. Y sirve... -Más allá de la alegría del gol, ¿qué balance hacés del partido? -Fue un típico clásico. Quizás demasiados pelotazos y donde se metió mucho. Creo que en el segundo tiempo, después del gol, lo pudimos haber ganado. Eso es lo que pude ver dentro de la cancha y a mil revoluciones. -Pero te habrás dado cuenta de que el espectáculo no fue bueno. -Uno adentro de la cancha lo vive con mucha intensidad. Después del empate sentí que lo podíamos ganar y tuvimos algunas situaciones para hacerlo, pero después el calor pudo haber influido un poco en el rendimiento. Pero te repito que nuestra intención era ganar. -Pareció que nunca pudieron encontrar un circuito de juego ofensivo. -Por ahí en el primer tiempo ellos se cerraron bien atrás y se abusó un poco de los centros. -¿Creés que la gente se fue contenta? -La gente quería ganar, pero obviamente que es importante seguir con la racha. Creo que dentro de todo se fue contenta por la actitud del equipo.
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