Gustavo Yarroch
El pecho inflado, el trote canchero, la cinta de capitán, las manos agitándose para saludar a la multitud desbordante. La escena volverá a repetirse hoy a las 16, en la Bombonera, donde el fútbol argentino saldará una de sus pocas cuentas pendientes: agradecerle a Diego Maradona su fantasía y su magia dentro de las canchas con el partido homenaje que el "Diez" tanto se merece. De un lado estará el seleccionado nacional, sobrio, punzante, ganador, líder indiscutido de las Eliminatorias para Japón y Corea 2002. Y del otro un combinado de estrellas de todo el mundo, invitadas especialmente por el dueño de la fiesta, con el uruguayo Enzo Francescoli, el francés Eric Cantona y el colombiano Carlos Valderrama a la cabeza. El árbitro será Juan Bava, y sus asistentes, Francisco Lamolina y Luis Olivetto. Maradona, claro, se pondrá la camiseta celeste y blanca, esa que defendió como muchos e hizo brillar como nadie en las canchas de todo el mundo. Será la última vez que un jugador se pondrá la emblemática número diez del seleccionado nacional: después del partido, la AFA la retirará para siempre como tributo a su carrera. Viejos admiradores suyos, los integrantes del seleccionado -la mayoría estrellas del fútbol europeo- aseguran no ver la hora de salir a la cancha para devolverle paredes. Se entiende: fue tanto el talento que desparramó Maradona, tanta la alegría que repartió entre los amantes del fútbol, que todavía no debe haber nacido el argentino que no quiera compartir al menos "unos toques" con él. Si hasta Marcelo Bielsa, rígido y hermético como pocos, ajeno a las manifestaciones públicas vinculadas con los sentimientos, se refirió recientemente a él como un hincha más. "Siento admiración por su arte. Verlo es un placer. El vínculo entre Maradona y el pueblo argentino es franco, es una de las actitudes más puras de la conducta social", dijo el técnico del seleccionado en una de sus últimas conferencias de prensa. Para el equipo de las estrellas, que será dirigido por Alfio Basile, el inefable Coco, también jugarán, entre otros extranjeros, Jorge Bermúdez, Alvaro Recoba, Fabián Carini, Paolo Montero, Iván Córdoba, René Higuita, Carlos Gamarra, Luis Pájaro Hernández, Davor Suker (goleador del Mundial de 1998 con la camiseta de Croacia y compañero de Maradona en el Sevilla) y Ciro Ferrara (compañero de Diego en el Napoli). De los futbolistas que actúan en la Argentina estarán Juan Román Riquelme, los colombianos Oscar Córdoba y Mauricio Serna, los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, y Leo Rodríguez. Y fuera de la cancha, en los palcos, estará Pelé, sí, Pelé, el gran rival de Maradona en la eterna y estéril puja para dirimir cuál de los dos fue el mejor de toda la historia. El mismo al que Maradona supo recordarle públicamente que su debut sexual fue con un hombre, el mismo con el que Diego se dijo de todo menos "lindo" a través de los medios durante muchísimos años. Tampoco debería asombrar la presencia entre los invitados de Julio Grondona, otro de los ex enemigos de Diego. Es que Maradona fue tan genial dentro de una cancha, como sigue siendo contradictorio, polémico y controvertido fuera de ella. Es el que le manda mensajes de agradecimiento al público argentino por televisión y el que acepta que las populares para su homenaje cuesten 25 pesos y que las plateas no bajen de 70 en un país agobiado por la crisis. Es Maradona, al cabo. Sus médicos y preparadores físicos aseguran que su puesta a punto no pudo ser mejor. Pero cuesta creer que lo veremos al menos en "siete puntos" después de haber sido operado de su rodilla izquierda veinte días atrás y de los ajetreados 41 años que lleva recorridos. Su peso tampoco parece ayudarlo demasiado: 82 kilos. Así y todo, conviene esperar y ver. Después de todo, Maradona es algo así como un "extraterrestre de la pelota", un tipo capaz de hacer cincuenta jueguitos con una naranja o con una pelotita de ping pong. Las puertas de la cancha de Boca se abrirán a las 12, y la espera será animada por espectáculos artísticos, fuegos artificiales y exhibición en pantalla gigante de videos que repasarán toda la carrera de Maradona, desde sus comienzos en el equipo infantil Los Cebollitas hasta su último partido oficial, el 25 de octubre de 1997 en un superclásico que Boca le ganó 2-1 a River en el Monumental. En el show previo tocarán Los Ratones Paranoicos, intérpretes del tema que promociona el partido, el rockero Javier Calamaro y el cantante folklórico Luciano Pereyra, quien interpretará el himno nacional. El seleccionado argentino, la gente que siempre le hizo saber su devoción, la Bombonera, sus amigos... Demasiado como para que el homenajeado y sus fans no vivan una tarde a pura emoción. (DyN)
| |