Contra todos los pronósticos, los maestros tuvieron ayer una asistencia casi perfecta a los cincuenta cursos de capacitación para el Censo Nacional 2001 que se desarrollaron en el departamento Rosario. Y en las oficinas del Instituto Provincial de Estadísticas y Censo (Ipec) tampoco se registró la renuncia masiva de docentes al operativo. De todas formas, la delegada de la Asociación del Magisterio de la Provincia de Santa Fe (Amsafé), Stella Michalek consideró que la negativa de los educadores a realizar el relevamiento "no tiene vuelta atrás".
La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) anunció anteayer su determinación de no prestar colaboración al censo hasta que el gobierno no abone su deuda por el incentivo docente, sin embargo sólo entre un 10 y un 20 por ciento de los maestros rosarinos presentaron su renuncia a participar del operativo del sábado 17 y domingo 18 de este mes.
Es más, la mayoría dijo presente ayer en los cursos de capacitación. "No sé si esto indica que efectivamente se van a presentar a hacer el censo. Pero quiero pedir a todos los maestros que ya decidieron no colaborar que renuncien cuanto antes", solicitó Raquel Pellatelli, directora del Ipec.
En cambio, para la delegada local de la Asociación del Magisterio de la provincia de Santa Fe (Amsafé), Stella Michalek la presencia de los docentes en los cursos de capacitación para censistas se explica sólo por la "gran responsabilidad" que tienen los maestros. "Suspendieron las clases para asistir al curso y no se iban a quedar cruzados de brazos", explicó y subrayó que "de ningún modo esto representa que hayan decidido volver atrás y participar del operativo".
En medio de estas especulaciones, los maestros intentaron distintos argumentos cuando La Capital recorrió los talleres de capacitación que se desarrollaron ayer. "Estamos acá, pero todavía no sabemos qué vamos a hacer", se escuchó reiteradamente en varias escuelas.
Sentada en un aula de la Mariano Moreno, una maestra de la escuela Nº 60, Alba apuntaba "por las dudas" cada una de las recomendaciones para completar los cuadernillos censales. "Todavía estamos esperanzados de que paguen el incentivo. Este es el último voto de confianza que le damos al gobierno nacional", indicó.
Según la jefa de fracción de este establecimiento, fueron "muy pocas" las maestras que ayer renunciaron a hacer el censo. Y lo mismo pasó en la escuela Roque Sáenz Peña, en la Juan Arzeno y en la Pablo Riccheri. "Muchos están todavía a la espera de ver qué pasa", explicó Silvia, la jefa de radio de esta escuela.
Las razones del "sí"
En cambio, quienes ya decidieron participar del censo más allá de la decisión gremial tienen claras sus razones. Para algunos el deber cívico de realizar el operativo supera cualquier tipo de exigencia sindical. Para otros, la diferencia pasa por la paga que recibirán por realizar el relevamiento: 43 pesos.
"La determinación de Ctera me parece bárbara, pero el tema es que necesitamos el dinero que nos dan por hacer el censo. Nosotros ya nos organizamos y nos capacitamos. Ahora no nos vamos a ir y que les paguen a otros", se sinceró Liliana una docente de la escuela Mariano Moreno.
A algunas cuadras de allí, en la escuela Juan Arzeno, María del Carmen resaltaba la "obligación moral" de colaborar con el operativo. "Tenemos que aceptar la responsabilidad del lugar donde estamos. Nuestra misión es educar y enseñar y no podemos negarnos a cumplir nuestro deber cívico", subrayó la maestra de la escuela Nº404.
Desde la Riccheri, Oscar un profesor del Nomal 2, intentó resumir el ánimo que comparte con sus pares. "Los maestros estamos en medio de varios deseos. El deseo gremial de no hacer el censo, el deseo del gobierno de hacerlo y el deseo propio que es simplemente cumplir nuestro trabajo y cobrar lo debido por él. Todo lo demás es un disparate", concluyó.