U.G. Mauro
"Estoy aburrido de que en éste país se mida a artistas de la talla de Mercedes Sosa, Astor Piazzolla y Atahualpa Yupanqui o a los que tenemos una carrera de más de 30 años con los mismos parámetros con los que se mide a los animadores de fiestas", expresó a Escenario Víctor Heredia, quien estuvo en Rosario para ofrecer un recital sólo para invitados en el que mostró parte del material de su nuevo disco "Entonces". Autor de temas como el "El viejo Matías", "Informe de la situación", "Sobreviviendo" y "Dulce Daniela", entre muchos otros, el artista manifestó su preocupación por la banalización de la cultura, rechazó la injerencia del marketing en la música popular, repudió la falsificación de la historia cultural reciente del país y definió a su nueva placa como "una introspección". -¿Por qué declaraste recientemente que pensabas abandonar la carrera? -En un momento de bronca expresé que iba abandonar todo, cansado de la banalidad. Hay medios supuestamente formadores que le rinden pleitesía a expresiones amparadas en el marketing antes que en la propuesta estética. -¿Cosas como la cumbia villera? -No estoy en contra de eso, pero un artista es otra cosa; es un tipo que siembra, propone, genera e instala un pensamiento nuevo en la sociedad y hay tipos que involucionan. Hacer tres o cuatro tonos en la guitarra, pegar dos alaridos y gritar un panfleto no es hacer una canción. -¿Y entonces? -A lo que voy es que si después de todos estos años de haber instalado en la gente temas como "Coraje" o "Razón de vivir" sigo siendo una esperanza, un tipo al que se critica porque se repite, un psicobolche, ¿qué quieren que haga? La gente me sigue pidiendo los clásicos. Me cansé de la falta de respeto por la carrera. Obviamente, no me voy a alejar, porque la gente me llenó dos Luna Park. De lo que estoy cansado es de tener que rendir exámenes. -¿No es exagerado pensar que los demás siempre te exigen exámenes? -No, porque asumen una postura y me lo hacen notar. Me excluyen de los escenarios, cosas muy pesadas como cuando convoqué a Chico Buarque y a Silvio Rodríguez, dos de mis mejores amigos, para el concierto por el Che Guevara, y un imberbe me preguntó qué sentía al tocar con dos figuras como ellos. Fue Silvio Rodríguez el que le respondió: "Chico, Víctor siente lo mismo que siento yo al estar al lado de alguien como él". -¿Creés que cometiste algún error en tu carrera? -Asumo cualquier error que haya cometido. A veces, en el fárrago de la vida y en la urgencia por escribir algunas canciones, no profundicé demasiado en alguna letra, o en algún concierto, emocionado por la convocatoria o por el griterío elevé algunos tonos o abusé de algunos vibratos, algo que me critican bastante. La crítica puede decirlo porque además tiene el derecho de ser subjetiva, pero la omisión de todo lo que he logrado me parece muy injusta. -¿Es sólo un problema de banalización? -Antes que ayudar a la evolución de la poesía, de la música, se ayuda a la involución. Nos venden cosas malas como si fueran buenas y se ignora lo que realmente ofrece una propuesta progresista. Yo me preocupo por el grado de sordera que tenemos para ignorar a alguien como Jorge Fandermole. Hay que saber escribir como lo hace él. Aquí parece que únicamente sos genio cuando te colgás una guitarra eléctrica. Cuando hacés algo como lo que producen él, Abonizio o Goldín se la omite, se la deja de lado, y las generaciones más jóvenes las desconocen. -¿Qué rol juegan en este problema el encasillamiento de la música en géneros y la necesidad de captar audiencia? -Esas son cosas que se imponen desde las radios. Hay radios que no nos van a pasar jamás aunque están dedicadas a informar musicalmente a las nuevas generaciones. Me dicen que hay algo nuevo pero yo no veo nada, y yo que escucho desde hace mucho a Sting, (Peter) Gabriel, Focus, Pink Floyd, Génesis, Almendra y Serú Girán digo que en realidad acá no hay nada nuevo. Muestrenmé algo mejor que eso y yo me saco el sombrero. -¿Cómo definís a "Entonces"? -Es una visión intro y retrospectiva, porque necesité mirar hacia atrás; pararme en los años que tengo para ver qué me está pasando humana y hasta físicamente. Un repaso por mis mejores épocas, que no por anteriores fueron mejores, pero que tenían una potencia creadora que movilizó a toda una generación a ofrecerse como resistencia a la dictadura, por ejemplo; la que motivó un espacio democrático que por ahora parece vacío de contenidos y en el que yo espero que reaccionen las nuevas generaciones. -¿Los músicos jóvenes se acercan a la canción testimonial? -Por suerte sí, porque la gente necesita referentes y emergentes culturales y la expresión popular está siempre en la boca de quienes tienen la capacidad de ver la realidad. Los que le dan la espalda a eso que se queden tranquilos si no se quieren comprometer y meter en política sus canciones, que pronto la política se va a meter con ellos. -¿A qué te referís cuando hablás de sincerar nuestra historia cultural? -A que a mí, por ejemplo, nadie me puede venir a decir seriamente que en el rock nacional Tanguito fue censurado. Por favor, no me mientan más. Aquí los censurados se llamaban Armando Tejada Gómez, Hamlet Lima Quintana, Mercedes Sosa, Los Trovadores y otros que integrábamos una lista firmada por (Albano) Harguindeguy. ¿Por qué no decimos esa verdad y aceptamos lo que el marketing y el sistema proponen? Tanguito y Luca Prodan me gustan, pero ¿esa fue la resistencia?. Que se enojen los de la Rock and Pop. Charly García resistía con "Los dinosaurios" e "Inconsciente colectivo"; eso es verdad, pero también resistía Armando Tejada Gómez con "Canción para un niño en la calle". -¿Qué te llevó a crear tu propio sello grabador? -Me propuse crear algo así como un alero que cobije a las buenas y nuevas propuestas. Nos estamos afianzando en lo económico y ya largamos algunas producciones que muestran cuáles son nuestras líneas, con autores como Alberto Cortez, los discos de Raly Barrionuevo, el homenaje a Yupanqui y la recuperación de parte de mi vieja discografía. Una de las cosas en las que estoy es empujarlo a Jorge Fandermole para que grabe con nosotros pronto.
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