Brasilia. - La revelación de pruebas firmes sobre el envío por parte de árabes residentes en Brasil de dinero al Líbano y Pakistán se transformaría en el primer paso para que el gobierno brasileño reconozca la posibilidad de contactos con grupos terroristas islámicos en zonas fronterizas, algo que había sido negado que hasta el momento.
De acuerdo a la información suministrada por la Policía Federal de Brasil, se está investigando a un grupo de 15 personas, 10 de ellas de origen libanés, que "lavó" 261 millones de dólares en Bolivia durante siete años y los envió a Líbano y Pakistán a través de bancos norteamericanos. El esquema para lavar dinero fue descubierto por Bolivia, que envió un informe a sus colegas brasileños.
Los investigadores brasileños consideran que podría tratarse del primer caso concreto de financiación de grupos terroristas por parte de árabes que residen en Brasil, tal como sospechan las autoridades de Estados Unidos y que fuera desmentido enfáticamente ayer mismo, antes de conocer estas informaciones, por una alta autoridad del gobierno. "Brasil sufre presiones para que vigile a la comunidad árabe en el país y entre en una guerra ajena", había afirmado el ministro de Seguridad Institucional brasileño, general Alberto Cardoso, en declaraciones al diario Jornal do Brasil. "Quieren meternos por los poros que la guerra existe en Brasil", agregó Cardoso, quien además es el jefe de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin).
Sin embargo, las investigaciones reveladas parecen contradecir la posición del general Cardoso, ya que según pudo saberse las actividades de la banda comenzaron a salir a luz en 1999. (Télam)
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La Ciudad
