Managua. - El gobierno nicaragüense de Arnaldo Alemán termina su mandato muy mal parado por las graves denuncias de corrupción en su contra, lo que según analistas favorece las perspectivas de triunfo del ex guerrillero sandinista Daniel Ortega en desmedro del oficialista y ex vicepresidente Enrique Bolaños. Arnaldo Alemán Lacayo, de 55 años, se convirtió en presidente de Nicaragua el 10 de enero de 1997, tras haber derrotado en las elecciones a Ortega. Ultraliberal, amigo de EEUU, que le ha concedido siempre generosos préstamos para la economía nicaragüense, es llamado y él mismo lo hace, "El Gordo", con su 1,70 de altura y 135 kilogramos de peso. Abogado y productor de café, tras la caída del régimen de Anastasio Somoza, en 1979, se convirtió en líder de un movimiento de empresarios que se oponían al sandinismo. En 1989, Alemán decidió dedicarse a la política tiempo completo apoyado por EEUU, pero fue arrestado y sus propiedades fueron confiscadas por el régimen socialista del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Su esposa murió mientras él estaba en la cárcel y los sandinistas no le dejaron acudir al funeral, un episodio que recuerdan sus seguidores para criticar al gobierno surgido de la revolución. Cuando en 1990 Violeta Chamorro gano las elecciones contra Ortega, Alemán fue nominado alcalde de Managua, declarando un patrimonio de 25.000 dólares. Pero cuando cuando llegó al poder en 1996 con la Alianza Liberal, su fortuna personal estuvo cerca del millón de dólares. En esta situación, tras cinco años de gobierno, es estimada en 250 millones de dólares por un ex asesor y diputado de su partido, que lo acusa de corrupción. "En sólo cinco años Alemán se enriqueció más que Somoza en 43", dijo Leonel Teller. Según algunas interpretaciones de fuentes diplomáticas en Managua, Alemán es el mejor aliado de Ortega. "Sin su corrupción los sandinistas nunca podrían retornar al poder", dijeron las fuentes. En octubre pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) denunció "incapacidad" del gobierno de Alemán para cumplir las reformas fiscales a las cuales el organismo de crédito subordina la concesión de nuevos préstamos a Nicaragua, el país más grande de Centroamérica y el tercero más pobre de América latina. (Ansa)
| |