El 90 por ciento de los huevos de los yacarés que son extraídos de la naturaleza y alojados en una incubadora produce pichones. Una vez nacidos son marcados, pesados, medidos, alojados y calefaccionados en piletones de cemento. El 50 por ciento es liberado en el mismo lugar de donde se cosecharon los huevos. "Por lo general los trabajos que se realizan son nocturnos -contó Larriera-, debido a que es el momento de mayor actividad de los yacarés. La utilización de linternas por parte de quien opera permite la identificación de los animales por el brillo de los ojos en las aguas del humedal". El veterinario añadió que para garantizar la conservación de los ecosistemas es necesario desarrollar programas de aprovechamiento comercial sostenible, y remarcó que desde el punto de vista biológico es sencillo explicar que el uso comercial de los yacarés que sobreviven gracias a la acción humana pueda destinarse a la comercialización. La puesta en marcha del programa no sólo permite la conservación de la especie, sino además la comercialización de la carne. También la venta de los cueros en el mercado interno y externo. El plan en marcha consiste en incluir mano de obra para la confección de artículos, cuyas muestras están en pleno proceso de elaboración.
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