Santa Fe. - El programa que se aplica en esta ciudad denominado Proyecto Yacaré, que persigue como propósito conservar al caimán santafesino, una especie en extinción, y comercializar sus cueros en el mercado interno y externo, logró nuevos avances con la preparación de artículos que una empresa local pretende vender en el mercado.
La novedad fue dada a conocer por uno de los impulsores de la iniciativa, el veterinario Alejandro Larriera, quien explicó que la empresa Yacaré Santafesino envió la primera partida de cien cueros a Italia y ahora está en plena etapa de preparación de productos como billeteras, portalentes y estuches que estudian ser comercializados.
"La idea es incluir mayor valor agregado a la producción del yacaré que de esta forma se suma al proyecto de conservar la especie", explicó Larriera. En rigor, se trata de la aplicación de un programa de uso sostenible de la fauna silvestre que fue aprobado por organismos internacionales como Cities y la Unión Mundial para la Conservación.
El programa es conocido como Proyecto Yacaré y esta orientado a la preservación económica de los humedales santafesinos, a partir de la conservación y el manejo del yacaré overo. El plan se desarrolla en el marco de la firma de un convenio entre el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio de la Provincia (Magic) y la mutual del gremio UPCN.
Los trabajos de conservación comenzaron hace aproximadamente diez años cuando el caimán santafesino ya estaba considerado en peligro de extinción y era escasa la información que se tenía sobre la población existente en el territorio provincial y la distribución en las diversas regiones donde reside.
"Lo cierto es que a diez años de la iniciativa ya se han retornado a la naturaleza más de 10 mil animales jóvenes de la especie en toda su amplia área de distribución, fruto del programa de repoblamiento. De esta forma, se obtuvo la recategorización como Cities II, lo que permite el aprovechamiento comercial de la especie", explicó el directivo.
Cosecha de huevos
El plan de conservación se denomina rancheo e implica cosechar los huevos silvestres para la cría de granjas. Esto comenzó a aplicarse a raíz de la elevada mortalidad embrionaria y perinatal de los cocodrilos. Larriera explicó que la técnica es sencilla y que consiste en la incubación artificial.
"Esto ahorra a la naturaleza una cantidad importante de individuos, los que pueden orientarse al circuito comercial para estimular el interés de los propietarios de tierras en la conservación de los humedales que existen en Santa Fe", explicó el veterinario.
El Proyecto Yacaré inicia las cosechas de huevos en enero. La postura promedio es de 37 huevos por hembra. El traslado se realiza con contenedores de plástico con el agregado de material de nido hasta donde esta la incubadora en el zoológico de esta capital.
La Ciudad
