Año CXXXIV
 Nº 49.290
Rosario,
domingo  04 de
noviembre de 2001
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Resolución por el brutal asesinato de una joven de 20 años
Prisión perpetua por matar a la ex novia
La víctima murió al recibir múltiples puñaladas dentro de un ascensor, cuando llevaba en brazos a su beba

María Laura Cicerchia

Un remisero santafesino fue condenado a prisión perpetua por asesinar a puñaladas a su ex novia cuando se encontraba indefensa dentro de un ascensor y llevaba en sus brazos la beba de ambos, de un mes de vida. El hombre había ido a buscarla a su departamento de Corrientes al 2100 con la firme determinación de matarla y llevó a cabo su plan con alevosía: esperó que el ascensor se vaciara, atacó a la mujer por la espalda y le aplicó unas 30 puñaladas. Después se entregó en una comisaría y confesó con frialdad cómo había planeado el asesinato: "La maté por una cuenta pendiente", dijo.
El acusado, José Luis Daszcyk, es un remisero santafesino de 27 años que el 13 de octubre de 1999 asesinó de múltiples puñaladas a su ex novia Mariana Zabala, de 20. Por ese brutal crimen deberá cumplir una pena de prisión perpetua si queda firme la condena que le impuso el juez José María Casas. El magistrado lo condenó por homicidio calificado por alevosía, pero el fallo fue apelado por la defensa y ahora debe decidir la Cámara Penal.
Daszcyk había conocido a Mariana once meses antes, cuando los dos vivían en la ciudad de Santa Fe. Comenzaron a salir y poco después Mariana quedó embarazada. Luego la relación se interrumpió y la chica debió radicarse en Rosario por razones de trabajo. Se estableció en la casa de su padre, en el segundo piso del edificio de Corrientes 2179.
Allí fue a buscarla Daszcyk el día del crimen. Según sus propios dichos, había planeado el crimen mucho tiempo atrás, cuando la joven cursaba el cuarto mes de embarazo y le reveló que era portadora del virus del sida. "Entonces decidí matarla, pero me contuve porque estaba embarazada", reveló Daszcyk, quien -pese a su determinación- continuó visitando a su ex novia con frecuencia.

Una relación tortuosa
Los problemas comenzaron luego del nacimiento de la beba. Desde entonces la relación se volvió difícil y tortuosa. El muchacho comenzó a asediar a Mariana con llamados telefónicos y a exigirle que le permitiera ver a su hija, pero la mujer decidió interrumpir todo tipo de contacto. Al parecer, esto renovó los deseos de venganza del remisero: "Pensé en la enfermedad que me había contagiado y tomé la firme decisión de matar a Mariana. Antes de viajar a Rosario preparé un bolso y guardé el cuchillo con el cual iba a matarla", reveló.
El día del crimen la rastreó por los lugares que solía frecuentar hasta que, alrededor de las 18, la encontró en su departamento de calle Corrientes. La mujer se negó a recibirlo, pero Daszcyk ingresó al edificio sin autorización y esperó a que Mariana saliera de su casa, con la beba en brazos. Luego de discutir en el pasillo, tomaron el ascensor. "Si no te dejás de molestar te hago sacar con la policía", le dijo la joven, y la advertencia fue escuchada por una vecina que viajaba con ellos en el elevador.
La mujer descendió en el primer piso y la pareja quedó sola. En el corto trayecto que separa el primer piso de la planta baja, Daszcyk cometió el brutal crimen. Atacó a su ex novia por la espalda y le asestó múltiples puñaladas en el tórax, el rostro, los brazos y el cuello, mientras la joven hacía vanos esfuerzos por defenderse.
"Le apliqué entre diez y quince puñaladas en distintas partes del cuerpo. Ella cayó al piso, corrí a la beba y seguí apuñalándola hasta que el ascensor se detuvo. Abrí las puertas y salí corriendo", precisó el remisero al llegar en taxi a la comisaría más cercana, adonde arribó cubierto de manchas de sangre.
Para el juez Casas, el crimen tuvo todos los componentes de un homicidio alevoso: la víctima no había sentido temor por su integridad física, estaba imposibilitada de defenderse por encontrarse de espaldas y con su hija en brazos y no tenía posibilidad de escape. "Obró con ocultamiento de sus intenciones y del arma, con astucia, sobre seguro y a traición", afirmó Casas en la sentencia, donde consta que Daszcyk planificó su venganza en base a un supuesto falso: todos los análisis de HIV que le practicaron dieron resultado negativo.



El asesinato ocurrió en Corrientes al 2100.
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