Jabal Saraj, Afganistán.- Bombarderos estadounidenses B-52 atacaron ayer el frente de batalla al norte de Kabul en uno de los más intensos bombardeos de la campaña militar, teniendo como objetivo un cuartel general de la milicia talibán. Portavoces opositores dijeron que el bombardeo pareció haber sido dirigido por fuerzas estadounidenses emplazadas en tierra. También se difundieron informes de ataques estadounidenses contra posiciones del Talibán, que trata de defender a capa y espada su control sobre la ciudad de Mazar-i-Sharif, también en el norte. Nadeem Ashraf, un dirigente de la Alianza del Norte, dijo que los ataques que se prolongaron durante todo el día fueron "implacables" a pesar de los cielos nublados y las fuertes lluvias. A lo largo del frente en Kabul, combatientes de la oposición y residentes del lado controlado por la alianza, dijeron que unas 60 bombas habían caído hacia el mediodía. Y por la tarde los combatientes contaron seis ataques de bombarderos B-52, que arrojaron cerca de 25 bombas cada uno. Parecieron tener como objetivos posiciones tanto en el frente, que incluye a la población de Jarabogh, controlada por los talibanes, y otras más adentradas en ese territorio. Una enorme bomba estalló en una población abandonada, Qara Muheb, que las fuerzas de oposición dijeron que es usada por los talibán como comando. Un vocero de la oposición, Waisuddin Salik dijo, en la provincia de Parwan, unos 60 kilómetros al norte de Kabul, que los bombardeos también se dirigieron contra posiciones de los talibanes situadas en un viejo camino que une a Kabul con la base aérea Bagram -en manos de la oposición pero rodeada por artillería talibán- a las que 100 nuevos reclutas paquistaníes llegaron recientemente para enrolarse en la lucha del lado talibán. Las tropas que presionan sobre Mazar-i-Sharif son uzbekas y responden al general Dostum, mientras que las que sostienen Bagram son tayikas y tienen como líder al ex presidente Rabbani. El vocero Salik dijo que según los cálculos provisionales de la oposición, han sido destruidos 13 tanques de los talibanes, así como varios tipos de armas incluyendo ametralladoras de alto calibre y armas antiaéreas. Los ataques contra los frentes de Kabul y Mazar-i-Sharif demostraron el creciente apoyo estadounidense a la Alianza del Norte, que busca pasar sobre las defensas talibanes antes que la llegada del invierno dificulte las ofensivas terrestres. En Washington, el secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld confirmó que un pequeño número de fuerzas especiales estadounidenses se encontraba en tierra ayudando a identificar objetivos para los bombarderos. Estados Unidos indicó que el despliegue de personal de tierra era de entre 100 y 200 estadounidenses, y que hay más en camino. (AP)
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