Carina Bazzoni
"Creo que hoy (por ayer) el juez iba a autorizar la interrupción de mi embarazo. Bueno, esta autorización yo la quería antes. Ahora espero que este «sí» sea para otras mujeres. No para mí, porque yo ya decidí seguir con mi hijo. Ahora, tendrá que decidir por otras mujeres. Espero que lo haga rápido. Que no las tenga como me tuvo a mí". Ayer fue la segunda vez que Luciana Monzón habló con La Capital. En su primera charla, hace poco más de una semana, la joven de 25 años había pedido a los jueces que atendieran su pedido para interrumpir la gestación de un feto de 22 semanas que padece anencefalia (una malformación congénita), y por tanto no cuenta con ninguna posibilidad de sobrevivir. "Me están dejando sola y ya no sé a quién puedo recurrir", se quejaba Luciana aquel martes 23 de octubre. Ayer, en cambio, parecía más segura: "Decidí por mí misma seguir adelante con mi hijo hasta lo último. Sé que mi hijo va a nacer y va a morir, pero lo voy a tener conmigo hasta el fin. Y bueno, ya está", dijo. Luciana se presentó en Tribunales por primera vez hace algo más de un mes. El pedido de amparo para que la Justicia autorizara poner fin a su embarazo recaló en el despacho del juez Rodolfo Bruch. El magistrado solicitó una serie de estudios y pericias, y finalmente se declaró incompetente. El caso pasó a un juez en lo penal, Luis María Caterina, quien también se excusó. El expediente llegó a la Corte Suprema de Justicia, que el miércoles pasado ordenó a Bruch resolver el caso. Ayer todo parecía indicar que este magistrado se inclinaría por avalar la presentación de Luciana. Pero a media mañana ella salió públicamente a decir basta: "No me pudieron escuchar antes. No me dieron importancia en ese momento... Y, bueno, ya decidí seguir con mi hijo hasta lo último". -¿Estás cansada? -Sí. -¿Qué te hizo cambiar de opinión? -Hace unos días me levanté, me miré la panza y vi que el bebé se movía diciéndome "no me saques, dejame hasta el fin". Y le dije: "Bueno, te dejo conmigo hasta el fin. No te voy a sacar". -Hace unas semanas les pediste a los jueces que te ayudaran. ¿Sentís que te escucharon? -No. Me ayudé yo sola. Y la gente que está conmigo. Ellos fueron los que me ayudaron. -¿De ahí sale la fuerza para afrontar esta decisión? -De ahí y de mi hijo Brian, que tiene 3 años. Me despertaba todos los días, lo miraba y decía: "Fuerza, Luciana, adelante con todo esto". -Si te hubieran dado permiso para interrumpir el embarazo antes, ¿te habrías arrepentido? -Supongo que sí. Con lo que estoy pensando hoy, a lo mejor, me hubiese arrepentido. Pero no te puedo decir qué hubiera pasado en ese momento, porque yo lo quería. Pienso que todo lo que pasé me ayudó a superar el miedo a lo otro. Ahora sé que mi hijo va a nacer y va a morir. Pero voy a luchar con él. Y, bueno, ya está. -Decís que los jueces no te ayudaron. ¿Se te acercó alguien a ayudarte? -Los psicólogos me ayudaron un montón, los médicos también. Pero los que más me ayudaron fueron mis familiares: estuvieron conmigo, me apoyaron y me hicieron sentir que tenía que tener fuerza, nada más. -¿Estuvieron de acuerdo enseguida con tu determinación? -Sí. Enseguida me dijeron que me iban a ayudar. -¿Qué le dirías a otra mujer que estuviera en tu situación? -Yo no soy quién para tomar una decisión por ellas. Lo único que les diría es que tomen una decisión propia y que si quieren interrumpir su embarazo que lo interrumpan, que no pasen por lo que yo pasé, que no las manoseen como me manosearon a mí. Y si quieren seguir adelante les daría toda la fuerza del mundo. -¿Qué les dirías a los jueces? -No tengo palabras para ellos. Queda en su conciencia lo que hagan. Nada más. -¿Sabés que hoy (por ayer) Bruch podría haber dado lugar a tu recurso de amparo? -Creo que me iba a dar el "sí". Bueno, a ese "sí" yo lo quería antes. Ahora que sea para otras mujeres. No para mí, yo ya decidí seguir con mi hijo. Ahora, él tendrá que resolver por otras mujeres. Espero que lo haga rápido, que no las tenga como a mí.
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