En medio de la explosión del Frepaso, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, lanzó ayer una directa crítica contra la administración de Fernando de la Rúa al afirmar que "no supo ni tuvo la fortaleza política y una estrategia definida para poder resolver los problemas que dejó el menemismo". Ibarra se encargó de aclarar que pedir la salida anticipada del presidente está "fuera de discusión".
"El jefe del Estado debe cumplir su mandato hasta el 2003", remarcó, al tiempo que volvió a reclamar un cambio en la política económica con la aclaración de que esto no significa cambiar al responsable del área, el ministro Domingo Cavallo.
Ibarra apeló a un dicho campero para reafirmar su idea: "Le podemos cambiar el collar al perro, pero el perro sigue siendo el mismo".
Sin paso al costado
En este marco, el dirigente frepasista cuestionó a quienes en su embestida contra la conducción económica, piden un paso al costado de De la Rúa, pero se cuidó se mencionar el estallido interno del Frepaso en la Cámara de Diputados, donde se rompió en varios pedazos (ver aparte).
"Se puede discutir un ministro, su permanencia, pero plantear la salida anticipada del presidente en otra época hubiera sido una actitud golpista", resaltó, para remarcar que el primer mandatario "debe cumplir su mandato hasta el 2003".
Aunque reivindicó la permanencia del Frepaso en la Alianza, Ibarra ha tomado desde hace tiempo distancia del gobierno nacional porque -dijo- éste "se alejó de los postulados originales" de la coalición.
Ibarra pertenece al sector que quiere mantener el Frepaso dentro de la Alianza, junto a los sectores del radicalismo alineados con Raúl Alfonsín. Sin embargo, el jueves se rompió el bloque de Diputados del Frente Grande, que quedó dividido en dos sectores, a lo que se debe sumar también la salida del PSP de la bancada.
Si bien admitió que el gobierno de Carlos Menem "tuvo que ver" con la aguda crisis que atraviesa el país, estimó que "la gente siente una desilusión" por la falta de resolución de los problemas por parte de la actual gestión.
Fue entonces que advirtió que desde que asumió el poder la administración delarruista "no supo ni tuvo la fortaleza política y una estrategia definida para poder resolver los problemas que dejó el menemismo".
Con estas declaraciones, Ibarra profundizó la distancia que lo separa del gobierno nacional en lo que hace a la aplicación de las políticas, pero evitó sumarse a algunos sectores de la oposición que impulsan una salida anticipada del presidente.
En su calidad de presidente del Frente Grande capitalino, Ibarra enfrenta desde hace tiempo una rebelión interna en su tropa que reclama el divorcio con la Alianza como una forma de tomar independencia del Ejecutivo nacional.
La Ciudad
