El promocionado duelo entre los mellizos Barros Schelotto, Guillermo y Gustavo, Gustavo y Guillermo, que se enfrentaron ayer por la tarde por primera vez en un partido oficial en la Bombonera, fue muy desparejo: un poco porque el entrenador de Racing Mostaza Merlo guardó en el banco de suplentes a Gustavo hasta muy avanzado el partido; otro poco, porque el de Boca marcó un gol y finalmente porque en la comparación entre los dos equipos los de la Ribera fueron ampliamente superiores. Con la amplitud con que Boca le ganó el clásico y le quitó el invicto a Racing, Guillermo le ganó el duelo a su hermano mellizo, pero Gustavo casi no tuvo oportunidad de defenderse. El de Racing entró tarde y, para colmo, cuando no llevaba un minuto en la cancha, el partido terminaba, al menos virtualmente, con la peinadita de Marcelo Delgado que ponía un 2-0 difícil de remontar. Guillermo fue intermitente. Como siempre hizo de las suyas, ensució el partido como a él le gusta pero consiguió un plus, un valor agregado, cuando anduvo en yunta con Juan Román Riquelme. De los pies del 10 partió el pase para el Chelo Delgado, que se la dejó servida a Guillermo para que abriera el marcador. De los pies del 10 salió una pelota calcada pero esta vez para el lateral Clemente Rodríguez, que también lo asistió aunque esta vez el mellizo la terminó con un blooper: un zurdazo a las nubes. Guillermo no brilló, pero con Riquelme de socio tuvo bastante que ver para que Boca marcara la diferencia en esa zona media en la que Racing naufragó, después de penar toda la tarde. Gustavo tuvo un día complicado. Mostaza Merlo lo dejó al margen como en el glorioso segundo tiempo del domingo en La Plata ante Estudiantes. Y cuando entró, de inmediato el resultado se le hizo inalcanzable, y él ni siquiera empardó el rendimiento del colombiano Viveros, su reemplazado. Hugo Barros Schelotto, el padre de los mellizos, muy requerido por la prensa en la previa al clásico adelantado, merodeó muy cerca de acertar lo que pasaría después. "Para el egoísmo familiar, era mejor que jugaran los dos. Pero estoy seguro que si Gustavo no entra, Guillermo se suelta". Fue algo así. Por supuesto, el padre no mostró preferencias por uno o por otro, por Boca o por Racing, y se despidió con una frase salomónica: "Hoy, más que nunca, me declaro de Gimnasia". (DyN)
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