Por primera vez en la historia judicial de la provincia, un juez penal rosarino podrá hacer un estudio de ADN en España. Para hacerlo ya cuenta con la venia del Ministerio de Justicia de ese país y ahora espera el okey de un magistrado español. Mediante esa pericia, el juez local intentará desentrañar cuál es la verdadera identidad del niño adoptado por un famoso torero de Sevilla, que una mujer de Tierra del Fuego reclama como propio y denuncia que se lo robaron al nacer, hace ya 9 años.
Según la versión del torero y su esposa, Angel Peralta y María de la Encarnación Pineda, el chico fue cedido voluntariamente por una joven madre rosarina llamada Lorena Paula García. Sin embargo, extrañamente lo inscribieron en el registro civil de Roque Sáenz Peña, Chaco. Para el juez esta irregularidad pone en duda la historia oficial, despierta sospechas sobre la forma en que los padres adoptivos consiguieron el bebé y alienta la posibilidad de que el niño sea hijo de Alba Torres, quien afirma ser su madre.
El magistrado que tramita la causa es Luis María Caterina, del juzgado de Instrucción Nº 3, quien envió un exhorto a su par de Coria del Río (Sevilla), Francisco Javier Millán Bermúdez, pidiendo que fije lugar y fecha para tomar muestras del material genético destinado a la realización de los estudios de ADN.
La pericia incluirá al hijo adoptivo del matrimonio Peralta-Pineda, a Lorena García y a Alba Torres. Es más: el Ministerio de Justicia de España ya habría fijado un lugar para la realización del estudio, que es el Instituto Nacional de Toxicología con sede en Madrid.
Una foto en la revista "Hola"
La causa se inició cuando Alba Torres vio hace un par de años en la revista "Hola" al matrimonio Peralta-Pineda y su hijo Carlos, de 7 años. "Hola" decía que el chico fue adoptado en "un lugar del sur de la Argentina" y lo presentó en sociedad ante la farándula de la península.
Torres había parido 7 años antes a su cuarto hijo en una clínica de Río Grande, Tierra del Fuego, pero apenas vio a su niño unos segundos ya que los médicos se lo sacaron porque supuestamente padecía un grave problema de salud y se lo llevaron. Cuando regresaron fue para darle una mala noticia porque el bebé, según los facultativos, había muerto.
Sin embargo, Alba jamás vio el cadáver y siempre sospechó que se lo habían robado. Esta idea se agigantó cuando vio al hijo de los Peralta en "Hola", que tenía un extraordinario parecido con sus otros hijos y con ella misma. Fue entonces cuando vino a Rosario y formuló una denuncia por supresión de identidad, adulteración de documentos públicos y otros delitos. La causa recaló en el juzgado de Caterina y Alba tuvo mejor suerte de la que había tenido hasta ese momento ya que el magistrado le dio un gran impulso a la investigación pese a las dificultades que plantea la nacionalidad de los padres adoptivos y su lugar de residencia.
Hace algunos meses Caterina ordenó la indagatoria de Peralta y su esposa, y pidió su captura internacional. Pero ahora decidió suspender esas medidas porque el matrimonio, que siempre se negó a hacer el estudio de ADN, aceptó hacerlo con la condición de que la pericia se practicara en España y no en la Argentina, como pretendía el juez rosarino.
Hace un par de semanas Caterina envió un exhorto a su colega Millán Bermúdez. Allí le pide al juez de Coria del Río, Sevilla, que fije una fecha de audiencia para la realización del estudio, y que lo haga de acuerdo con la ley española. El magistrado rosarino puso sólo dos condiciones: que se reserve una muestra para hacer una contraprueba en la Argentina, y su colega Millán Bermúdez avise con dos meses de anticipación la fecha fijada para la pericia con el propósito de que Torres, García (quien ya prestó su conformidad) y el propio Caterina puedan viajar a España, las mujeres para entregar muestras para el estudio y él para controlar de cerca el proceso.
En el texto que envió a su colega, Caterina deja claro que existe un grado de "sospecha" suficiente sobre la participación del matrimonio español en hechos penados por la ley argentina. Pero al mismo tiempo aclara que la prueba de ADN resultará fundamental para establecer quién es la madre biológica de Carlos, el niño adoptado por el torero y su esposa.
Si es Lorena García, como dicen los papeles, sólo habría que investigar por qué inscribieron al chico en Roque Sáez Peña y no en Rosario, donde se tramitó su ciudadanía española a través del consulado de ese país. Pero si es Alba Torres, como sostiene ella misma, el juez estará ante un caso mucho más grave y la situación de la pareja sevillana se complicaría a punto tal que ya no podrían evitar la imputación de un delito y hasta podrían ser extraditados.
La Ciudad
