Nueva York y Washington.- Una empleada de hospital de 61 años se debatía ayer entre la vida y la muerte luego de confirmarse que había contraído la variante pulmonar del ántrax, la más letal de esa enfermedad, en el primer caso de este tipo registrado en Nueva York. Este episodio, sumado a otro contagio en Nueva Jersey, generó una nueva alarma: que la enfermedad se haya propagado más allá de ámbitos que, hasta ahora, sólo habían alcanzado al servicio postal y a los medios informativos. La neoyorquina infectada, que reside en el barrio de Bronx y cuya identidad no fue revelada, trabajaba en el depósito subterráneo de una clínica especializada en enfermedades otorrinolaringológicas, en Manhattan. Pese a no estar vinculada a la distribución de correo, a veces recibía envíos postales que repartía dentro del hospital. El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuiliani, señaló que la mujer se quejó por primera vez el jueves de la semana pasada de fiebre y dolores musculares. Fue internada en un hospital el domingo con serias dificultades para respirar y agua en los pulmones. Ayer agonizaba con todos los síntomas del letal ántrax pulmonar. "Las toxinas del ántrax se difundieron y provocaron grandísimos daños a sus sistemas vitales", dijo el asesor para la Sanidad Neal Cohen. La clínica donde trabaja la mujer fue clausurada por precaución y la mayoría de los 300 médicos y enfermeras que trabajan en el lugar iniciaron un tratamiento preventivo con antibióticos. Horas antes se informó de otro caso de ántrax cutáneo, un tipo más controlable, en el estado de Nueva Jersey. La afectada es una contadora de 51 años que reside cerca de la oficina de correos de Hamilton, por donde recalaron tres cartas infectadas con ántrax dirigidas a medios neoyorquinos. Este es el primer caso de infección de un adulto no relacionado con el servicio postal y eleva a seis los casos confirmados y sospechosos de ántrax en este estado. La paciente notó el desarrollo de una lesión superficial en la frente el pasado 17 de octubre y una semana después se le realizó una biopsia, cuyos resultados se conocieron ayer. Tres personas murieron por ántrax en Estados Unidos: una en Washington, otra en Nueva Jersey y otra en Florida. Otras catorce desarrollaron la enfermedad desde el pasado 5 de octubre, cuando se detecto el primer caso de contaminación por la bacteria tras los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington. Las investigaciones, dentro de este cuadro alarmante, parecen dar vueltas en la oscuridad, y ningún dato firme surge de las pistas seguidas por las autoridades. En cambio, algunos expertos reforzaron la teoría de la fuente local de los ataques bioterroristas, señalando que el ántrax purísimo contenido en la carta dirigida al senador Tom Daschle tiene todas las características de haber sido producido en Estados Unidos. El cultivo del ántrax sería genéticamente vecino al utilizado por Estados Unidos en las armas biológicas desarrolladas en los años 60. Según reveló la revista británica New Scientist, también el diseño de las esporas mostraría rastros de las técnicas típicas de los laboratorios norteamericanos dedicados a la bioguerra. Los expertos de New Scientist definieron este aspecto como particularmente preocupante, ya que el método para volatilizar las esporas debería ser rigurosamente secreto. El hecho de que haya sido aparentemente usado en las últimas semanas -señalan- podría significar dos cosas: que el secreto es ya accesible a los grupos terroristas o que alguien está usando materiales producidos en un programa de guerra biológica que se supone concluyó en 1969. (AP, Ansa, Télam y Reuters)
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