Año CXXXVI
 Nº 49.286
Rosario,
miércoles  31 de
octubre de 2001
Min 13º
Máx 27º
 
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cartas
No asesinen a la democracia

Estoy asombrado y desconcertado, siento vergüenza ajena, asco, repugnancia, al ver fotos con algunos sujetos que serán los futuros legisladores, los veo sonrientes y festejando, con los brazos en alto, y me pregunto ¿por qué? El pueblo al que debieran representar en las urnas les dijo que no los quiere; los votos en blanco e impugnados, más las ausencias, les están manifestando y muy claramente que no son dignos de esas bancas. Si la democracia es el gobierno del pueblo, el porcentaje de votos en blanco, impugnados y ausencias no se debe repartir entre todos, sino que deben ser bancas vacías. Los festejos son signos evidentes y palpables de que para estos hipócritas y caraduras el pueblo y sus necesidades (que son muchas) no existen, solo son un número y ellos son dirigentes para sí mismos, para rédito propio. Políticos: no nos asesinen la democracia porque mucho nos costó y la queremos, a pesar de y más allá de ustedes.
Roberto Camusso


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