Darío del Arco
Los denominados Gordos de la CGT se comieron, finalmente, la cabeza de Patricia Bullrich en Trabajo, el gabinete no es aún "tan homogéneo" como hubiese querido el presidente y, en lugar de quedar "sólo seis o siete ministerios", como deseaba Chrystian Colombo, hoy existen 12. Este es, hasta el momento, el saldo de los improvisados movimientos realizados por el presidente Fernando de la Rúa que más que una "oxigenación" en cuanto a ideas, mucho se semejan a un desordenado movimiento de tablero para que nada cambie. Si bien esta parece ser una primera etapa en los reacomodamientos en el poder, nada hace prever una modificación rotunda en las políticas de gobierno, con excepción de lo que sea haga desde Economía. Tras lidiar con las CGT, la Piba irá a probar suerte a Seguridad Social y Gabriel Dumón pasará a batallar contra uno de los índices de desempleo más alto de la historia. Lombardi, en tanto -un integrante del grupo Sushi-, estará al frente de Turismo, una actividad que De la Rúa considera que puede ser parte de la locomotora de la reactivación de la Argentina, sin tener demasiado en cuenta la debacle en que cayó ese sector tras los atentados en los Estados Unidos el pasado 11 de septiembre. El 17 de octubre, Colombo confesó que impulsaba una reducción de los 10 ministerios existentes a sólo "seis o siete". Al parecer, y en forma momentánea, sus consejos cayeron en saco roto. Doce serán las carteras que se elevan a 13 si se incluye la Jefatura de Gabinete. Tal vez, en una segunda etapa, cuando en diciembre asuma Rafael Pascual en Trabajo, De la Rúa tenga la chance de fusionar algunos ministerios para poner en sintonía la estructura gubernamental con sus pregonados pensamientos en favor de un "gobierno de austeridad". Sean cuales fueren, seguramente en esa etapa De la Rúa buscará homogeneizar más su elenco de colaboradores. Por ahora, aunque con mucha morosidad, sólo una parte de la tarea fue hecha. Pero, ¿y la reforma del Estado?. Aún resta mucho por ejecutar y, por eso, para no errar, De la Rúa se toma su tiempo.
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