El agua instaló un escenario móvil en el sur provincial, condicionó la geografía del lugar y encendió el máximo alerta para los distritos ubicados al sur de la ruta 8. El fenómeno se generó a partir del inédito régimen de lluvias de los últimos días, al aumento en el nivel de las napas que están a ras del suelo y de enormes masas hídricas que ingresan al territorio santafesino por el extremo sudoeste. En Rufino la situación es compleja. "Estamos recibiendo mucha agua desde la provincia de Córdoba", dijo el intendente Gustavo Dehesa. Hasta ahora, el agua que pugna por ingresar a la zona urbana y que está a 80 centímetros por encima de las calles, está contenida por un terraplén. "En distintos lugares se está reforzando ese anillado por las filtraciones que pudieran producirse", comentó Dehesa. La defensa de la ciudad se complementa con bombas extractoras. El barrio San Martín tiene un 25 por ciento de calles anegadas y el agua pugna por entrar a las viviendas, que tienen sus puertas protegidas con bolsas. Los evacuados están en el Centro de Acción Familiar, recibiendo el aporte de Promoción Comunitaria de la provincia. Dehesa destacó también la ayuda recibida desde Aguas Provinciales, que aportó las bombas para la zona urbana. "El agua nos está bordeando y al oeste y al norte de la ciudad está golpeando contra los terraplenes", dijo Dehesa. La ruta 7 vieja se convirtió en un cauce que transporta agua desde Córdoba. La cuenca de La Picasa tiene 500 mil hectáreas y todo lo que llueva en ella será un aporte a la laguna. Rufino es un lugar de paso", explicó el intendente quien condicionó un mejoramiento de la cuestión a las condiciones climáticas. Ayer en Teodelina se acumulaba el agua a la vera de la ruta 94. Los pobladores temían que la alcantarilla del puente sobre esa vía sea insuficiente para drenar el caudal que llega desde la laguna Las Encadenadas. A tres kilómetros de la ruta 33, en la pequeña localidad de Lazzarino el presidente comunal Ramón Ortiz dijo que el problema hídrico les está llegando a través de las napas. "Tengo el agua a diez metros enfrente de la Comuna, cubre la mitad de la plaza principal y está llegando a la Iglesia", relató angustiado y admitió que su mayor complicación es haber quedado virtualmente aislado porque sólo se puede ingresar con vehículos de gran porte. Esto hace que empiecen a escasear las provisiones y si bien una maestra llegó a dar clases en tractor, el carnicero no tuvo la misma suerte y se quedó sin mercadería. Para los casos de urgencia, Ortiz dijo que apenas cuenta con un número telefónico del comité de emergencia que acudiría para sacar a quien lo necesite por medio de un helicóptero.
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