Silvio M. Valli
Elegida para representar a Suecia en el exterior por sus méritos musicales, la Orquesta Camerata Sueca (Camerata Sweden) se presentó por primera vez en Argentina y por ende en Rosario, ratificando ampliamente su carácter de embajadora musical del país escandinavo. El ámbito del teatro de la Fundación Héctor I. Astengo fue el marco propicio para que la última de las quince funciones de abono de la XIX Temporada 2001 del Mozarteum Argentino Filial Rosario tuviera como protagonista al organismo musical sueco, hecho no habitual en el medio local. Para la ocasión, la Orquesta Camerata Sueca, integrada por 25 músicos dirigidos por el noruego Terje Tonnesen (1955), eximio violinista devenido director, ofreció un variado programa que incluyó obras de los siguientes compositores: Jean Philippe Rameau, francés (1683-1764); Franz Joseph Haydn, austríaco (1732-1809); Ludwig van Beethoven, alemán (1770-1827); Joan Svendsen, noruego (1840-1911) y Woilfgang Amadeus Mozart, austríaco (1756-1791). La "Suite de les Indes galantes", de Rameau, de la ópera en un prólogo y tres entrées (luego cuatro), de 1735, marcó el comienzo del concierto de la Orquesta Camerata Sueca con sus movimientos: "Ouverture" (lente un vite), "Entrée des quatre nations" (gracieusement); "Le turc genereux" (ritournelle); "Contradance"; "Prelude pour l'adoration du soleil" (gravement); "Air pour borée" (vite). La primera parte prosiguió con la ejecución de la "Sinfonía Nº 49", llamada "La pasión de Haydn", con sus movimientos Adagio, Allegro, Menuetto y Finale presto. En ambas interpretaciones se puso de relieve la ductilidad de los integrantes de la orquesta, toda vez que trasladaron al auditorio mozarteano las inspiradas composiciones de Rameau y Haydn. Tras un intervalo, el concierto continuó con las romanzas en Fa mayor Op.50 y en Sol Mayor Op.26, de Beethoven y Svendsen respectivamente. Ambas obras permitieron que el director Terje Tonnese, en esta oportunidad actuando como violín solista, convertir en música todo el íntimo encanto, la gracia y la delicadeza que entrañan estas románticas composiciones. El programa finalizó con la "Sinfonía Nº29 en La Mayor K186 a7201", de Mozart, compuesta en 1774, con sus movimientos Allegro moderato, Andante, Menuetto.Trío, Allegro con spirito. La obra merece un párrafo especial ya que se convirtió en el clímax de la noche. Mozart escribió en su madurez tres sinfonías (la "Sinfonía 28 en Do Mayor K200 y la "Sinfonía Nº25 en Sol menor K183) que con la número 29 tienen en común una nueva profundidad en técnica y sentimiento. En el primer movimiento -según pudo advertirse en la interpretación de la Orquesta Camerata Sueca- el contraste entre octavas descendentes y las figuras de notas repetidas que impregnaron todo el movimiento, no sólo melódicamente sino también en figuras del acompañamiento. Bajo la superficie inocente de esta música subyace una increíble proeza técnica. En el segundo (delicado) movimiento, Mozart hace que las cuerdas toquen en sordina, mientras que los vientos están usados dosificadamente, lo que produce la sensación de estar escuchando ¡un cuarteto para cuerdas! También el minué (como los dos movimientos citados) utiliza las notas repetidas y siempre el contraste fuerte y suave, típicos del Mozart maduro. El primer tema del final recuerda las octavas descendentes del Allegro Moderato y debe subrayarse el logro alcanzado por la orquesta al tomar los cornos, gloriosa y mozarteanamente, el mando de la orquesta. El encore ofrecido generosamente a pedido del público, repitió el último movimiento (Finale presto) de la "Sinfonía Nº 49) de Haydn. Con este concierto se llegó al final de la XIX Temporada 2001 del Mozarteum Argentino Filial Rosario, con la promesa de repetir el próximo año buenos espectáculos, cuya programación tentativa ya fue dada a conocer y que permite abrigar seguridades de un renovado encuentro con la música y la danza del mejor nivel nacional e internacional.
| La Camerata Sueca brilló por su encanto y versatilidad. | | Ampliar Foto | | |
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