Año CXXXIV
 Nº 49.284
Rosario,
lunes  29 de
octubre de 2001
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La banda tocó en el CEC ante 3.000 fans
El recital de Fabulosos Cadillacs: una fiesta a puro vértigo con cuerpos sudados y llovizna
El show, programado al aire libre, se realizó bajo techo a raíz de la lluvia caída en las últimas horas

Orlando Verna

La lluvia le robó a los Fabulosos Cadillacs la posibilidad de tocar frente al río Paraná, pero a nadie de las más de tres mil personas que el sábado bailaron en el CEC pareció importarle. Incondicionales, los fans de uno de los grupos más representativos del rock nacional coparon desde temprano las inmediaciones del parque de España para disfrutar de un recital que prometía un recorrido por una historia iniciada allá por 1985. Además, hacía un calor de morirse.
Cuando las pieles comenzaron a juntarse y a mojarse, cuando las remeras fueron a parar a la cintura (beneficio masculino de estío si los hay) y cuando la espera se hacía cada vez más sudada, Vicentico arrancó con "Carnaval toda la vida" a capela y el CEC casi explota. Hacia afuera, porque los portones de los costados estaban abiertos para mitigar el calor. La fiesta acababa de comenzar y si hacía 40 grados, seguramente con los saltos y el canto a gritos, se elevó varios grados más.
Con una remera negra que en la espalda llevaba el número 20, jeans cortados y botas (sí, botas de cuero, macho), el líder de la banda se puso el recital al hombro sin decir una palabra de más. Pegadita vino "Manuel Santillán, el león", y el "vamo la cadé" se mezcló con el "dale, dale ñul", una marca registrada que los Cadillacs le prestaron a las hinchadas de fútbol de acá y de todos los rincones de Argentina y más allá.
"V Centenario" recordó al movedizo ska de los inicios del grupo y puso a Flavio Cianciarulo a cantar. Las bengalas de color anaranjadas -de esas que nadie sabe cómo llegaron allí, ni la policía, ¿viste?-, iluminaban el show en el momento que Vicentico se puso a recitar "Demasiada presión" acompañado por todas las voces todas. Los teclados de Gustavo Liamgot reemplazaron en varios segmentos los archiconocidos vientos en ese tema de Daniel Lozano, Fernando Albareda y Pablo Puntoriero.
El revival de principio de los 90 se cerró con "Gallo rojo". El recorrido por temas de "Volumen 5" (1990), "El león" y "Vasos vacíos" (ambos de 1992) dio paso a "Piraña" -corte con el que el baterista Fernando Ricciardi se dio el gusto de meter su solo- y "Vos sabés", dos temas de "La marcha del golazo solitario" (1999). Vicentico miraba para atrás como para dedicarle la canción a sus hijos, pero no los vio, ya que, detrás del escenario, mamá Valeria (Bertucelli, la de "Cuatro amigas", la esposa de Vicentico, ¿la tenés?) decidió que había terminado el horario de protección al menor y ya se había marchado con los nenes a dormir.
Agua y desmayos
Iba un poco más de media hora de recital y los patovicas de la seguridad del escenario tenían trabajo extra. Le daban agua a los chicos de adelante en vasitos de plástico, pero su buena voluntad no dio a vasto para detener la seguidilla de desmayados que aumentó con el paso de las canciones.
"Carmela" abrió un momento un poco, sólo un poco, más tranqui. Le siguieron "Salvador y los cordones flojos", "Il pajarito" y "Saco azul". Vicentico agarró la guitarra para hacer "Estrella de mar", pero "Matador" devolvió al grupo a su vértigo habitual. "La marcha del golazo solitario" volvió a sonar como un juego musical, mientras la seguridad, cansada de los vasitos de agua, empezó a manguerear a los pibes del público, que a esa altura, ya tenían varios kilos menos.
"La vida" puso a todo el mundo al palo y "Mal bicho" terminó siendo la canción más festejada con una apelación de los Cadillacs a seguir peleándola. Total, recién pasaron 500 años. El "que haya paz en el mundo" tuvo un sabor especial y le dio lugar a Cianciarulo, quien se tocó un tema solo con su bajo. En tanto, sus compañeros se refrescaban para los bises. "Vasos vacíos" hizo cantar a la concurrencia y "Siguiendo la luna" precedió a "El satánico Dr. Cadillac". Una fiesta como pocas, che, que se apagó con la ternura y el dolor de costumbre de "Los condenaditos".
Y bueno, los Cadillacs repasaron en una hora y media su discografía con supremacía de temas de "El león" y "La marcha...", como si esos dos discos resumieran su labor de 16 años sobre los escenarios argentinos y latinoamericanos. Todos se fueron contentos, el CEC se portó bien porque con los puertas abiertas se escuchó mejor que nunca y la llovizna de la salida resultó una bendición para tanta transpiración. "Lluvia de porquería" se habrá lamentado el Paraná. Ahora tendrá que esperar otra oportunidad para ver a los Cadillacs.



Los Cadillacs repasaron sus 16 años de trayectoria.
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