El accidente en el túnel de San Gotardo, en el que hasta ahora se confirmó la muerte de 11 personas, ha permitido revelar un secreto militar mantenido durante dos décadas por el gobierno suizo. La prensa italiana ha denunciado que la transitada arteria está minada con fuertes cargas explosivas en varios puntos estratégicos. La medida se adoptó en 1980 en el momento de su construcción para volarlo en caso de que se desatara un conflicto bélico. Los memoriosos recuerdan que eran los tiempos de la Guerra Fría y que el túnel era considerado un vía estratégica, pero la cuestión es que los explosivos se mantuvieron durante todos estos años sin que se advirtiera a la gente de ningún riesgo. Según informó el diario español El Mundo en su edición de ayer, el silencio del ejército y de la policía comenzó a desvanecerse cuando el autor del proyecto, Giovanni Lombardi, reconoció al diario La Regione del Ticino que las minas "deben encontrarse principalmente en una galería de emergencia ubicada al este del canal de seguridad". La noticia reviste especial importancia porque la colisión de los dos camiones, el pasado miércoles, produjo una explosión violentísima en la garganta del túnel y elevó la temperatura interior hasta los 1.200 grados centígrados. Como resultado, muchos vehículos se derritieron y todavía no es posible confirmar el número de víctimas, ya que se deberán realizar estudios especiales para su determinación. Si bien las autoridades del cantón del Ticino descartaron que el incendio haya provocado alguna explosión de las minas, por otro lado reconocieron que la zona del túnel es la más militarizada de Suiza. Por ahora, el Ejército suizo ha apelado al secreto de Estado para eludir los detalles y los pormenores de la zona minada. Pero las revelaciones no causaron ninguna gracia a los bomberos que tuvieron que trabajar durante días dentro del túnel para poder apagar las llamas, sin ni siquiera estar informados acerca de los riesgos que podían correr. "Nos han comunicado en una reunión que hay minas ahí dentro, o sea, cuando ya hemos terminado todo el trabajo. ¿Cómo es posible que hayamos estado dentro de la galería sin saber que podíamos saltar por los aires?", señaló uno de los oficiales del cuerpo de bomberos al diario La Stampa de Turín. Los trabajos de apuntalamiento de la bóveda del túnel finalizaron anteayer y las autoridades anunciaron que permanecerá cerrado por varios meses hasta que sea reparado. Las aproximadamente 300 personas que integran los equipos de rescate y de especialistas en identificar las posibles víctimas iniciarán nuevas tareas hoy. Está previsto que los trabajos de la Policía y especialistas para determinar las causas del accidente e identificar las víctimas se extiendan entre dos a tres semanas. Según las autoridades, muchos de los autos de la zona del siniestro están desocupados, pero en otros casos es difíciles determinarlo porque las altar temperaturas derritieron el metal y la policía desconoce si sus ocupantes lograron escapar antes que la esa sección quedara transformada en el centro del incendio. (AP y DPA)
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