Como ocurre cada vez que se produce una renovación en la conformación de la Cámara, un grupo de senadores y los representantes del gremio de trabajadores parlamentarios intensificaron en los últimos días las gestiones para pasar a planta permanente a un contingente de empleados transitorios.
Sin embargo, hasta ahora han tropezado con la negativa de las autoridades del Senado, que no acceden a una medida que podría tener una lectura política muy desfavorable en un contexto signado por los recortes presupuestarios y los ajustes en las estructuras públicas.
Para aventar sospechas, el presidente provisional del Senado, Mario Losada, renovó una vez más un decreto -que originalmente había sido suscripto por Carlos Alvarez- por el cual se prorroga hasta el 2 de enero próximo la suspensión de las designaciones, adscripciones y promociones de los agentes de planta permanente.
Aunque el objetivo es similar, los senadores y la Asociación del Personal Legislativo (APL) actúan por carriles separados, con argumentos diferentes y con una lista de postulantes distinta.
La movida de los senadores está encabezada por algunos de los que terminan sus mandatos el 10 de diciembre y que pretenden dejar en la estructura de la Cámara a gente que trabajó con ellos.
La idea postulada por los senadores era pasar a planta permanente a dos empleados cada uno de ellos, lo cual representaría una cifra de 138 trabajadores, ya que actualmente hay 69 senadores.
Sin embargo, ante las dificultades de la coyuntura económica, en los últimos días circuló una versión que bajó esa expectativa a un empleado por senador.
Para el secretario administrativo del Senado, José Canata, "hoy es imposible realizar una incorporación masiva porque hay un decreto que lo prohíbe. Cualquier decisión para modificar esa situación debe ser adoptada por los senadores".
Si bien el objetivo de máxima es lograr la efectivización de la nómina que proponen, en APL admiten que "una hipótesis intermedia sería asegurarles la continuidad de la fuente de trabajo", beneficio que podrían perder si no media una decisión oficial en ese sentido.
Una nómina de 2.900 trabajadores
En el Senado actualmente hay aproximadamente 2.900 empleados, unos 1.900 como permanentes (gozan de estabilidad laboral) y unos 1.000 como transitorios (cesan en sus funciones cuando el senador que los nombró termina su mandato).
La reactivación del tema de las incorporaciones de personal son una tradición en el Senado desde que el radical Víctor Martínez nombró 1.140 empleados en los últimos cuatro meses de su gestión. Después Eduardo Duhalde suscribió un despido generalizado de esa planta, y tras varias idas y vueltas quedaron afuera de la estructura entre 600 y 800 trabajadores.
También Carlos Ruckauf designó personal permanente antes de dejar la Vicepresidencia. Los 86 nombramientos que realizó corrieron mejor suerte que los que protagonizaron la experiencia anterior, ya que pese a los esfuerzos de Alvarez por revocar la medida, los beneficiados continuaron en sus cargos.
La Ciudad
