Pablo Procopio
"No sabés el glamour que hay acá. Todo es glamour". Virginia Di Salvo está en otro mundo y todavía no cae. Cuando ayer a la tarde habló en exclusiva con La Capital desde la habitación 503 de su hotel en Sun City (Sudáfrica) estaba descansando y se iba a reunir con una de sus compañeras, la representante de Croacia. Junto a otras 95 chicas de todos los rincones del planeta vive una experiencia impresionante: los días previos de lo que será un shock que le pegará aún más; la elección de Miss World 2001. Si bien ella es la única protagonista de esta historia, no va a estar sola. Tendrá la fuerza de quienes viven por este rincón del país. Y esto no es una anécdota: Vicky es rosarina. Sin proponérselo, se convirtió en Señorita Argentina de un día para el otro, al punto de que sólo sus íntimos lo sabían y, de repente, tuvo que viajar al continente negro. Virginia (22 años y 1,79 metro de estatura) tiene su vida hecha en Rosario, aunque desde hace seis años vive en Barrio Norte (Capital Federal). Es una típica chica de Fisherton que hizo la primaria en la Escuela Integral y después se fue al colegio Paul Harris de Roldán. Sus amigos de toda la vida están acá y en San Lorenzo, donde solía ir a bailar los fines de semana. Domina el inglés (estudió en Nueva York) y el portugués, por lo que a veces hace de traductora entre sus compañeras con las que, según aseguró, no hay competencia. Es más, ya se está haciendo amiga de las concursantes de otros países. "Nos prestamos la ropa", remarcó. Por estas horas todas están filmando en distintos escenarios (Zambia y Zimbawe), lo que la rosarina rescata como una "excelente manera de conocer gente y culturas. Eso me gustó siempre y me encanta". Su vocación de modelo nació con ella. "Lo que pasa es que me dediqué más al estudio. Mi padres me insistían y con razón. Una nunca sabe qué puede pasar y tener instrucción es importante", dijo la soberana de la belleza vernácula. De todos modos, ahora vive una etapa de interrogantes. "Mi expectativas son, en principio, terminar la carrera (de Organización y Administración Hotelera), pero no sé qué va a pasar ahora con mi vida. Por ahora, quiero concluir eso y ver qué puertas se me abren. Esto me cayó del cielo, no lo busqué. Estaba con parciales y me llamaron, me hicieron entrevistas y ahora estoy acá. Pasó una semana y media", sostuvo Virginia. Una fotógrafa amiga se enteró que había un concurso de Miss International Beauties y le preguntó si quería presentarse. Después, fue a una entrevista con Nelly Raimond y entregó un book de fotos. Tras una preselección, quedó entre las mejores y fue coronada Señorita Argentina durante un certamen en Bragado (Buenos Aires). En Sun City empezó la cuenta regresiva y no descansa. Las 96 concursantes fueron divididas en grupos y cada una tiene su chaperona, una mujer que no las deja a sol ni a sombra. La actividad de las postulantes no es fácil. Se levantan a las 5 y se duermen cerca de la 1 de la madrugada. Y durante la jornada los controles son un estigma, al estilo Gran Hermano. "Se fijan cómo comés, te expresás, maquillás y vestís", confesó la rosarina antes de agregar que "esa es una forma de sumar para la final" del 16 de noviembre.
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