Año CXXXIV
 Nº 49.283
Rosario,
domingo  28 de
octubre de 2001
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Los 400 millones de deuda son un pesado lastre para la siderúrgica de Villa
Acindar da una pelea para sobrevivir
Implementó un plan de reducción de costos, venta de bienes y rebaja salarial

Florencia O´Keefe

Acindar, la siderúrgica de Villa Constitución, avanza con la reestructuración que puso en marcha el año pasado cuando se asoció con los brasileños de la Belgo Mineira.
La compañía, la mayor productora de aceros no planos de la Argentina, atraviesa una situación difícil desde hace varios años, la que se agudizó como consecuencia de una recesión que no conoce antecedentes, que afectó seriamente al conjunto de la economía y que golpeó con particular energía al sector siderúrgico que se quedó prácticamente sin mercado interno a raíz de la parálisis de la construcción y el mercado automotriz.
Con un balance que dejó al desnudo una pérdida de 114 millones de dólares en el último año (según el balance cerrado el pasado 30 de julio), la empresa de la familia Acevedo se ajusta mientras espera que el país muestre algún indicio de crecimiento. En ese plan de ajuste entraron:
* Una renegociación de los contratos con los proveedores de insumos (chatarra, mineral de hierro, etc.), la desaparición de niveles completos de supervisión, una rebaja de salarios del 10% a los niveles jerárquicos y del 5% en los niveles medios fuera de convenio colectivo y una reciente rebaja generalizada de salarios del 10% a su planta de 3 mil empleados (que se efectivizó en los tickets).
* Una reducción parcial de personal a través de retiros voluntarios, una baja en los costos en las áreas de administración y venta, la optimización de los recursos y del funcionamiento de la planta de Villa Constitución, la liquidación de bienes muebles e inmuebles y la eliminación casi total de la publicidad en el país.
Sólo la rebaja de los salarios del 10% le permitirá a la empresa ahorrar 8 millones de dólares anuales.
A este nivel de ajuste que forma parte del proceso de salvataje de la empresa, hay que sumarle la inyección de 140 millones de dólares de la inclusión de la Belgo Mineira a la compañía. Pero, ¿logrará Acindar con toda esta batería de medidas superar la pesada carga de 400 millones de dólares de deuda, en el marco de una catastrófica situación general que no muestra indicios de revertirse al menos en el corto plazo?
El director de Relaciones Institucionales de la compañía, Gustavo Pitaluga, dijo a La Capital que todo el proceso que se está llevando a cabo "es parte de una estrategia para intentar superar las dificultades" y admitió que los obstáculos "no son pocos, ya que la situación del país está pasando de castaño a oscuro".
Ante la consulta de cuánto tiempo más estima que Acindar puede "aguantar" en estas condiciones de mercado interno y externo, Pitaluga se limitó a decir: "Nosotros actuamos sobre la base de pensar que esto se revertirá al menos parcialmente en algún momento. Está claro que ni esta empresa ni ninguna otra puede aguantar toda la vida así".
En este escenario, remar contra la corriente no es tarea fácil. Para ejemplificar el impacto de la baja en las ventas, Pitaluga expuso una comparación: entre julio y septiembre de 1997, Acindar vendió 93 millones de dólares en el área de la construcción; entre julio y septiembre de este año la cifra se redujo a 52 millones de dólares, una retracción del 40%.
A la recesión de cuarenta meses se sumó una baja en el precio del acero en los mercados internacionales. Alrededor del 30% de la producción de Acindar se destina a la exportación.
La cadena de pagos en el sector sufrió también varios cimbronazos que impactaron en el desarrollo de las finanzas de la empresa de Villa Constitución. Esta situación pegó en muchas empresas de las denominadas satélites -proveedores y contratistas- que se vieron obligadas en los últimos tiempos a reducir personal, entre otras medidas. Es más, algunas de las más chicas no lo pudieron soportar y cerraron.
Hay otra realidad que destacar, comenta Pitaluga. "La aplicación de una reciente resolución en los Estados Unidos puede implicar una reducción importante de la exportación de acero a ese país, una limitación que nos puede tocar (Acindar exporta a ese destino 20 millones de dólares por año), y aunque no nos toque, está claro que quienes no puedan vender en el mercado estadounidense buscarán otros mercados y habrá que enfrentar más competencia en el exterior; ni hablar de los que pueden venir a ofrecer el producto a nuestro país como consecuencia de nuestro excesivo nivel de apertura...", reflexionó el directivo.
Pitaluga negó terminantemente que Acindar haya evaluado ir a una convocatoria de acreedores o una quiebra, un rumor que circuló con fuerza en las últimas semanas: "Los brasileños no vinieron a poner plata para quedar atrapados en una convocatoria", dijo a modo de explicación, y también señaló que no está en los planes de la empresa mudar ni siquiera una parte de la producción a Brasil: "Acevedo (Arturo, presidente de la compañía) fue muy claro en este punto: el corazón de Acindar está en Villa Constitución", enfatizó el directivo.
Respecto a los cartuchos que le quedan por quemar a la siderúrgica para soportar esta transición hacia mejores tiempos, Pitaluga enumeró lo que no parece una artillería muy pesada: la venta de bienes importantes. "Hay algunos terrenos y equipos que se piensan vender; la venta del laminador 3 que es muy posible que se concrete en breve" y la negociación de "algún tipo de financiación para exportaciones".

En diálogo permanente
La decisión de la empresa de rebajar el 10% de los salarios a los trabajadores de la planta de Villa Constitución provocó la inmediata reacción del gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que la semana pasada realizó una masiva convocatoria a la comunidad villense para oponerse a la determinación y se quejó de la reducción salarial con marchas y movilizaciones. Sin embargo, Pitaluga reconoció que "con el gremio hay conversaciones permanentes, incluso ahora, después de la reducción. A ellos nos les es ajena la situación que vive el país y por supuesto conocen la nuestra", comentó.
La medida, si bien no afectó los salarios de convenio, porque se hizo sobre los tickets, implicará que el gremio inicie, según se advirtió, acciones legales. Desde el sindicato, admitieron que la crisis de la compañía "muestra a las claras la situación de la siderurgia en el país, gravemente amenazada por la recesión interna, las perniciosas asimetrías del Mercosur y la situación mundial del sector".
Pitaluga insiste en que Acindar "seguirá dando pelea" para superar el mal momento pero se muestra cauto sobre le futuro inmediato. "Confiamos, todavía confiamos, en que la tendencia recesiva se de vuelta, en que la gente vuelve a confiar en el país, en que el gobierno atienda las necesidades de los sectores productivos. Es más, si la construcción se reactiva un poco nosotros nos reactivamos rápidamente", remarcó.



La industria siderúrgica perdió 114 millones de dólares.
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