"Los goles son amores", dice un adagio popular. Pero los delanteros de Newell's desde hace un tiempo -largo, por cierto- parecen haberse distanciado de su viejo amor y vivir una impasse en su relación con el gol. Ante Lanús se trató, nuevamente, de encontrar una reconciliación pero nuevamente el intento quedó frustrado.
Desde aquel debut a todo trapo de Newell's ante Banfield, cuando Nicolás Pavlovich y Mauro Rosales se anotaron en la lista de goleadores, que los encargados de inflar las redes de los arqueros rivales no logran su cometido. Y la cifra de minutos sigue en aumento. Ahora el número se elevó a 923 -transformado en horas serían más de 15-.
Después de mucho tiempo de estar marginado del equipo titular, el técnico le dio la oportunidad a Germán Gonzalo Real. El Gordo duró 63 minutos en el campo de juego y no pudo encargarse de ponerle coto a la angustiante situación. Luego ingresaron los de siempre, Rosales y Pavlovich, pero conservaron su impotencia goleadora.
"Alguna vez la tendrán que meter", dijo días atrás el Chocho Llop, quien espera y a la vez desespera por la poca contundencia.
Hasta el momento el único que logra embocarla es Maximiliano Rodríguez, quien lleva anotados siete tantos y es el máximo goleador leproso -anotó el cincuenta por ciento de los goles de Newell's-, además estar a uno de los líderes de la tabla de artilleros del Apertura (Cardetti, Forlán y Sava).
No muy querido
William Vázquez parece no haber generado demasiada simpatía en los hinchas del Parque. Desde que llegó al club de la mano de Llop, Chocolatín no pudo -salvo en el encuentro anterior ante River- demostrar las cualidades futbolísticas que posee y que motivaron al entrenador a traerlo como refuerzo.
Ayer el colombiano paseó su sombra por el Coloso y debió ser sustituido a los 68'. Y en el momento en que salió, los rojinegros dieron su opinión con una gran silbatina.