Madrid. - Con el desarme del Ejército Republicano Irlandés (IRA), la organización separatista vasca ETA se ha quedado sola en Europa, como único grupo armado que sigue utilizando métodos terroristas para alcanzar sus objetivos. Pero la esperanza de que el proceso de paz en el Ulster, muchas veces erróneamente comparado con la situación en el País Vasco, sirva para poner fin a un conflicto que dura ya más de 30 años, no parece calar en el mundo de ETA y su entorno.
Desde el gobierno español y los partidos no nacionalistas se subraya una diferencia esencial: Mientras que el Sinn Fein, el brazo político del IRA, afirman, tiene influencia sobre esta organización -al punto de que su líder, Gerry Adams, logró que accediera al desarme-, la alianza separatista Batasuna (Unidad), considerada el brazo político de ETA, no parece tener influencia alguna en el grupo armado. Más bien pareciera que es ETA la que manda. "Miente quien piense que nosotros tenemos una especial ascendencia, que nosotros podríamos decidir de parte de la organización armada", decía el líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, en una reciente entrevista, en la que incluso quiso dejar claro un punto: "Nosotros siempre hemos negado que seamos el brazo político de ETA". Otegi, que ha dialogado muchas veces con Adams, tampoco dejó lugar a dudas al señalar, una vez conocido el desarme del IRA: "Yo no pretendo alzarme contra ETA, sino superar el enfrentamiento armado".
Así las cosas, la posibilidad de que el grupo armado, que ha asesinado a más de 800 personas desde 1968, declare una nueva tregua o incluso vaya más allá parece depender sólo de la propia ETA. Pero a la luz del análisis que la organización separatista ha hecho del proceso de paz en Irlanda del Norte eso parece más que improbable. En el mes de junio, por ejemplo, la dirección etarra consideraba en su boletín interno (zutabe) que "el IRA no va a perder ningún soldado, por tanto no tiene por qué entregar sus armas". Cuatro meses después, esta tesis ha quedado hecha añicos.
Audeterminación
Si el gobierno español emplaza a ETA a seguir los pasos del IRA, desde Batasuna se alega que el Ejecutivo de José María Aznar, a diferencia del de Tony Blair, no ha sabido promover un proceso de paz, como el iniciado con la declaración de Downing Street que reconoció el derecho de autodeterminación del pueblo irlandés. "En el País Vasco existen las mismas posibilidades de que se produzca un proceso similar, algo que ya iniciamos en 1998", sostiene Otegi al referirse al Pacto de Lizarra suscrito ese año entre las fuerzas nacionalistas, que critican que Aznar desaprovechó la tregua que en ese entonces declaró ETA y que duraría 14 meses.
La diferencia es, sin embargo, que el País Vasco goza ya desde 1979, cuando se firmó el Estatuto de Autonomía, de un nivel de autogobierno que en el Ulster apenas es incipiente. Y una cosa es que el "lehendakari" (jefe del gobierno vasco), Juan José Ibarretxe, exija, como lo hizo en un discurso ante el pleno del Parlamento vasco, que se colmen las competencias que garantiza ese estatuto, y otra que ETA siga matando para conseguir la independencia de Euskadi.
En todo caso, el desarme del IRA puede abocar a ETA hacia una crisis, en un escenario en el que la subsistencia del grupo armado parece cada vez más difícil, dado la ola mundial de rechazo al terrorismo originada tras los ataques contra EEUU el pasado 11 de septiembre y el cerco policial, cada vez más estrecho.
El apoyo del que ETA gozó en sus inicios, cuando contó con apoyos en diversos sectores por la lucha contra la dictadura de Franco (1939-1975) ya se ha perdido, al igual que la imagen de "movimiento de liberación", especialmente fuerte en América latina.
Hasta la fecha el grupo armado, que según la policía hoy por hoy apenas cuenta con medio centenar de miembros y unos 80 colaboradores, ha reaccionado manteniendo su estrategia del terror, como lo demuestran los recientes atentados con coche bomba en Vitoria y Madrid. Y si bien hay quienes auguran una nueva tregua, otros vaticinan, por contra, una nueva escalada de la violencia. (DPA)