Montero comentó que en el peor escenario posible, el de una pandemia incontrolada a nivel mundial, la viruela podría infectar a casi el 100% de la humanidad con una letalidad cercana al 30%. "Este escenario, sin embargo, resulta improbable por cuanto aunque es altamente contagiosa, se difunde con menor velocidad que el sarampión o la varicela". Los pacientes la contagian fundamentalmente a sus convivientes y no a sus contactos menos cercanos, como compañeros de escuela o de trabajo. Los síntomas de la enfermedad, como fiebre elevada y malestar, determinan que la mayoría de los pacientes permanezcan en cama en su domicilio en una fase en la que todavía no contagian (48 horas antes de la aparición de la erupción). Esto resulta importante, por cuanto en una epidemia, todo cuadro febril superior a 38º debe considerarse como viruela y aislarse en cuarentena."El descubrimiento de un solo caso de viruela debe ser tratado como una emergencia sanitaria internacional y es objeto de denuncia inmediata internacional", subrayó el especialista. Montero cerró diciendo que si finalmente lo peor ocurre y nada de lo precedente da resultado, entonces quienes dispongan de un refugio aislado en la cima de una montaña podrán recurrir a la solución considerada infalible en la Inglaterra del siglo XII y conocida como "F, F y F" por las iniciales de "Far, Fast & Fair". Esto significa huir gentilmente, lejos y pronto.
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