Estaría a punto de iniciarse la nueva traza de la ruta 7 que desde hace dos años tiene unos 15 kilómetros con dos metros de agua. En la actualidad, para eludir el tramo inundado, los vehículos circulan por un trayecto alternativo de unos 30 kilómetros. La provincia paga mensualmente a la concesionaria unos 65 mil pesos por el mantenimiento y 335 mil de indemnización por la caída en el cobro de peajes. El nuevo tramo de la ruta 7 arranca en Aarón Castellanos y tiene 19 kilómetros que afectará a nueve propiedades. Tendrá un costo de 20 millones de dólares que provendrán del fondo fiduciario que se formó con el cinco por ciento de los fondos provenientes de la rebaja de los peajes y del aumento del gasoil, y que tienen como destino las obras de infraestructuras. El corte de la ruta 7 genera otro suculento gasto al Estado: le debe pagar 27 millones anuales a la empresa concesionaria de las rutas cortadas. A la jugosa cifra hay que agregarle una suma extra por transporte de tonelaje en función del área desviada.
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