Ajustado, pero justo. Rosario, en el debut del Campeonato Argentino para menores de 20 años, logró un triunfo importantísimo en su visita a Santa Fe. Agónico, y por solamente dos puntos (14-12), el seleccionado de la URR no debió sufrir tanto para cosechar esta victoria.
Muchos fueron los factores que hicieron de este partido una verdadera pesadilla. Muy cortado, desordenado, demasiadas infracciones y una pulseada para saber quién era el más guapo y no el que mejor jugaba fueron algunos de los atributos que mostró este partido.
La falta de un pateador eficiente hizo que Rosario dilapidara muchos penales, algunos de ellos desde posiciones muy factibles, y que las cosas se les complicaran, en algunos momentos, mucho más de la cuenta.
En contraposición, Bennet en Santa Fe tuvo un poco más de efectividad, acertó dos y puso a su equipo en ventaja. Recién a los 25' Rosario pudo plasmar la capacidad desequilibrante de sus jugadores. El Monito Bianchi (que ayer jugó de centro) y demostró una vez más que, con espacios, lastima. Cinco minutos después un penal de Sánchez estableció las cifras defintivas del primer período: un 8 a 6 tan pálido como el partido.
El segundo tiempo no varió mucho del primero. Y el arbitraje contibuyó para que el panorama no sea precisamente alentador. Muchísimos fallos equivocados y un linesman local (el santafesino Jorge Salaberry) que conspiró decididamente contra el accionar visitante, en una actitud poco ética hicieron que a Rosario alcanzar el triunfo se le haga una verdadera cuesta arriba.
Fue verdaderamente vergonzoso ver cómo permitió que los santafesinos pegaran impúnemente frente a él o cómo marcaba solamente las reacciones de los rosarinos. Lo cierto es que, desde un punto de vista objetivo, resulta ilógico pensar que un partido por un Campeonato Argentino tenga involucrado a algún integrante de la terna arbitral con la unión de alguno de los equipos que disputa el cotejo. Al menos resulta sospechoso.
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La Ciudad
