Año CXXXIV
 Nº 49.275
Rosario,
sábado  20 de
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Guerra al terrorismo. EEUU cuenta con hasta 50.000 tropas de élite
Una lucha ardua y con muchos muertos
Las operaciones terrestres traerán riesgos y bajas a las fuerzas especiales anglonorteamericanas

Giles Elgood

Londres. - El inicio de las operaciones terrestres en Afganistán marca una crucial escalada en la campaña liderada por Estados Unidos y riesgos de bajas entre las fuerzas especiales que participan del ataque.
A pesar de la precisión de las bombas guiadas por rayos láser y satélites de vigilancia que pueden leer un titular de periódico desde un rincón del espacio, los expertos militares creen que sólo las fuerzas especiales en el terreno pueden dar con Osama Bin Laden.
Los jefes militares en Washington y Londres han rehusado dar detalles sobre las operaciones de las fuerzas especiales, pero han dejado en claro que esperan una "pelea sucia" en la que podrían morir soldados occidentales.
Los comandos especiales que se espera asuman un papel preponderante en Afganistán son la Fuerza Delta estadounidense formada en 1977 y el Regimiento Especial del Servicio Aéreo Británico (SAS, por sus siglas en inglés), que surgió de operaciones encubiertas durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras las fuerzas especiales británicas están conformadas por centenares de miembros, Estados Unidos tiene casi 50.000, incluyendo a los Boinas Verdes y Rangers, regimientos de paracaidistas de élite del ejército. La marina tiene a los Seal, acrónimo de Sea, Air and Land. Y los marines son de por sí una fuerza especial.
Equipos pequeños podrían ser usados como "escuadrones de secuestro", operando cerca del Talibán o la red Al Qaeda de Bin Laden, señalan expertos militares. Asimismo, se pueden ocultar en sitios de observación, usar sensores de movimiento para detectar la presencia de fuerzas enemigas y pedir -y señalar el blanco- ataques aéreos usando tecnología de comunicación satelital.
Las fuerzas especiales británicas tienen experiencia en esta clase de guerra contra el IRA (Ejército Republicano Irlandés) en Irlanda del Norte, las fuerzas argentinas en las Malvinas, en 1982, y los iraquíes en la Guerra del Golfo, en 1991. Están entrenadas para no dejar rastros de su presencia, al extremo de envolver sus excrementos en bolsas plásticas y llevarlos con ellos en sus mochilas.
La protección de las fuerzas de avanzada sería responsabilidad de unidades mayores. La Décima División de Montaña de Estados Unidos, estacionada ahora en Uzbekistán, podría ser usada para asegurar un campo aéreo afgano como base de operaciones de vanguardia.

El portaaviones Kitty Hawk
Las otras fuerzas especiales estadounidenses se encuentran a bordo del portaaviones Kitty Hawk, que ha estado navegando hacia el Mar Arábigo, desde donde podrían llegar a Afganistán por helicóptero.
Las autoridades estadounidenses han confirmado la presencia en Afganistán de un pequeño número de efectivos de operaciones especiales, mientras en Gran Bretaña se han producido persistentes informes de que miembros de la SAS han estado allí por algún tiempo.
"Como dijo el propio primer ministro, siempre hemos reconocido que esta campaña no podría ser conducida sólo por aire", comentó un portavoz del primer ministro Tony Blair.
La primera fase de la operación terrestre seguramente involucrará un intento de dividir al movimiento gobernante afgano Talibán con una campaña de operaciones psicológicas junto a acción militar continua. En este punto se estaría actualmente.
En ese sentido, las fuerzas especiales de la coalición están jugando un papel que sería semejante al de los jóvenes oficiales británicos enviados para forjar alianzas con los caudillos afganos rivales hace más de 100 años cuando Gran Bretaña y Rusia entraron en "El gran juego" por el control de Afganistán y Asia central.
Pero las consecuencias de un fracaso son sombrías, de acuerdo con Tom Carew, un veterano de las fuerzas especiales británicas que pasó algún tiempo entrenando a los combatientes afganos a resistir a las fuerzas soviéticas aprovechando la hostilidad del terreno de su país.
"Son realmente feroces. Como enemigo, son la peor pesadilla", dijo. "Ese terreno es como una fortaleza natural". Y ese terreno seguramente se volverá mucho más hostil en las próximas semanas, con la llegada del crudo invierno, trayendo fuertes nevadas y temperaturas de hasta 40 grados centígrados bajo cero.
El militar de más alto rango de Gran Bretaña, vicealmirante sir Michael Boyce, ha indicado que el invierno podría obligar a suspender las hostilidades hasta la primavera. "Todo el mundo sabe que el clima en unas cuantas semanas en Afganistán será particularmente difícil", advirtió el secretario británico de Defensa, Geoff Hoon.
Pero los expertos militares señalan que las fuerzas especiales reciben entrenamiento para el invierno y que sus visores térmicos de visión nocturna, que les pueden dar una ventaja vital sobre los mal equipados combatientes del Talibán, trabajan mejor a bajas temperaturas. (Reuters)


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