Rodolfo Bella
China Zorrilla presenta su espectáculo "Había una vez", hoy, a las 21, y mañana, a las 19, en el teatro Empleados de Comercio, Corrientes 450. En el unipersonal, con el cual se presentó en Tel Aviv y en Barcelona, la actriz relata parte de su vida a través de apuntes de viajes, anécdotas profesionales y hace un recorrido por la historia íntima y pública del país y parte del mundo. En diálogo con Escenario habló además de política, los reality show y sus sueños con Montevideo. -¿Cómo impactó en sus recuerdos de Nueva York el atentado del 11 de septiembre? -Aunque parezca mentira, estas Twin Towers salpicaron muy lejos. Cuando vivía en Nueva York lo que más me divertía era contarle a la gente que no hay ciudad más tranquila si evitás la famosa rush hour. Yo no quería unir las Twin Towers con el miedo, porque nunca tuve miedo en Nueva York, menos una vez. Tendría que viajar a dirigir una obra del rosarino Marcelo Ramos en el Spanish Repertory Theater, pero esto me conmocionó mucho, además murió mi hermana mayor, y ¿sabés qué...? sueño con Montevideo. Me siento como los elefantes de las películas de Tarzán: cuando se sentían morir se iban solos, y cada vez son más grandes las ganas que tengo de volver a Montevideo, eso que tengo trabajo, gracias a Dios. -¿De qué se asombra? -Mi gran síntoma de juventud, a cuatro meses de cumplir los 80, es la capacidad de asombrarme. Concretamente me asombra muchas veces el grado de ordinariez, de falta de respeto, de creer que el humor es reírse del prójimo, sobre todo si está enfermo, viejo y cansado y tiene sida y cáncer, más divertido. Tampoco no se puede negar la realidad de hoy en día de dos tipos carismáticos, jóvenes y pujantes como pueden ser (Adrián) Suar y (Marcelo) Tinelli. -¿En qué consistió el éxito de Suar? -Suar tiene las agallas del Cid Campeador. En este momento de crisis el aporta fortunas al mundo del espectáculo, el crea un imperio de laburo para los actores. El empieza un estilo nuevo, tiene sus corazonadas. Le apuesta de golpe a una pareja insensata que es Andrea del Boca y Dady Brieva, y se le ocurre inventar a los Panigassi. -¿Y Tinelli? -Tinelli a veces es un irrespetuoso, pero es un carismático infernal y yo querría pedirle cinco minutos en su programa para decirle a la gente joven: bueno, muy bien, nos hemos reído mucho. Ahora si tienen tiempo libre vayan a ver "El fulgor argentino" y otras joyas del teatro; que el verbo divertir no sea único e imprescindible; que hay otros, como enseñar, pero no la maestra Ciruela, que hacía Gasalla. Como quien no quiere la cosa sugerir un libro, algo... Pero esto que yo digo tendría que hacerlo un joven, no una señora de 80 años. No es que corten la cadena de difusión de la cultura, pero son tan exitosos que acaparan los horarios. -Como los reality shows... -Se da en "Gran Hermano", es una cosa extraña. Yo creo que el mérito de "Gran Hermano" es haber encontrado seis chicos jóvenes, que se llaman boludos, y seis que se llaman boludas. Además el nombre está mal puesto, no es la realidad, porque nadie que sabe que hay cinco millones de personas mirando puede actuar de la misma manera que lo hace en la intimidad de su casa. -¿Cómo entiende que, sin embargo, lo mire tanta gente? -Es un poco la avidez de la gente, de los don nadie, de la cantidad de gente que no ha hecho nada y que se da cuenta que de golpe te dan la posibilidad de ser alguien, de firmar un autógrafo. -Su amiga Soledad Silveyra conduce "Gran Hermano". Supongo que no tiene nada que objetar... -Si, tengo. Es una persona con la que tengo lazos de afecto y cariño. Desde que hice mi primer novela, donde hacía de madre de Solita, "Pobre diabla", en el año 73, hasta hoy la he visto crecer, con agallas de Cid Campeadora. Es una laburante. La cuestión del reality show es tan simple como que la tentaron con un buen cachet. En estos momentos, es triste pero es así, es una realidad. Solita gana mucho, pero mantiene un ejército y si le ofrecen esto, tampoco es la deshonra total. Ella es una peleadora por los derechos del actor, se mete en esto, pero hubiese preferido que no lo eligiera. -¿Qué opina de su candidatura al ARI? -No es una postura que le interesan los conceptos sociales que proclama Elida Carrió. Es así. Le importa, le importa el prójimo que la pasa mal, pero se sabía que no iba a salir. A mí me gusta Elisa Carrió. Yo la comparé con el cuento de "El rey desnudo": alguien tenía que decir "ese rey está desnudo", no se puede más y armar el escándalo. Ella lo armó, y aunque no me gustan algunos excesos, yo creo en su honestidad. -¿Hoy es posible el país de "Eva y Victoria"? -¿Esto es el peronista de Eva y el oligarca de Victoria...? En su gran mayoría, el oligarca devino en menemista. Es muy desconcertante lo que pasa. Un gran sector de la oligarquía argentina ha sido muy mimada por Menem y el pueblo fue muy desprotegido. No quiero hablar de temas tan políticos, pero no puedo tampoco sustraerme a eso. A mí me dolió muchísimo que haya fracasado la Alianza. La gente no pide lujo excesivo, pide un hogar digno, hijos que vayan al colegio y, como decía el poeta, "una cerveza fresca en verano y una estufa en invierno". Hay que darles por lo menos eso al pueblo. Y si el precio es dejar las etiquetas y ponernos a trabajar con el opuesto, lo hacemos. Cuando vino la Alianza pensé... (suspira aliviada) ya está... Después, me dolió como un dolor de muelas ese fracaso. Luego me perdí, ya no entiendo más nada. Me sorprende que esto no camine... realmente no sé qué creer. -¿Se postularía si se lo piden? -Mirá... no creo. En Montevideo en una época quería pedir un ministerio para que le pusieran de nombre los extremos de la vida, Los niños y los Viejos. Ahora estoy en contacto con muchos jubilados, y realmente son sobrevivientes... Entonces uno piensa: en algún bolsillo de esas cortes que rodean el poder está lo que estos jubilados necesitan para subsistir... no pueden estar codo con codo ese estado de indigencia con ese grado de poderío que se ve en las clases altas. Eso termina mal, desde la Revolución Francesa que termina mal. -¿Qué piensa de la política cultural? -Hace poco dije algo por televisión y me dijeron que era un comentario fascista, justamente yo... Dije que no hay que tenerle más miedo al verbo prohibir. Ya hemos visto el resultado que trae decir: "Acá se puede decir todo lo que usted quiera". A mí me da vergüenza ajena el nivel de los programas de entretenimiento de la televisión, es como una carrera a ver cuál se anima a más. Uno puede ver seis horas de televisión por día y no haberse enriquecido con una idea, con una historia. Es brutal. La televisión empieza acá y termina acá (señala su estómago) o si no reírse de chistes de sexo, o reírse del prójimo. Dije que deberían prohibirse los chistes sobre las enfermedades. Vos te podés reír de un tipo, pero no porque es ciego, porque tiene cáncer o sida, o es viejo. -¿Qué opina de los recortes al presupuesto de Cultura? -Este es un tema muy delicado. Primero, si recortan a los maestros, a los jubilados maltratados, que están frente al Congreso pidiendo, no el oro y el moro, sino dignidad ¿por qué no a nosotros los actores?. Pero de todas maneras también creo que en un país más culto no habría jubilados en la indigencia. O sea que todo lo que se haga por la cultura se hace por el pueblo. Si enseñáramos a pensar, pero como todo lo que nos dan es tan inferior ¿qué cultura estamos ofreciendo? ¿la que hacen a duras penas en los teatros oficiales o compañías independientes para que después la gente llegue a su casa y cuando ve la pantalla chica la borre de una plumada? -El Instituto Nacional del Teatro recibió el diez por ciento del presupuesto del trimestre... -Es terrible... Hubo tipos que laburaron mucho por esto. Lo que pasa que uno no puede menos que pensar que el Estado no tiene plata, pero ¿quiénes se llevaron lo que falta, dónde está? -¿Qué habría que hacer? -Tendría que haber más Elisa Carrió, seguras de lo que dice, probando que hay que sacar de circulación a los que saquearon este país. -¿Por qué sintió necesidad de hacer este espectáculo? -Porque yo vivo de lo que gano. Yo he ganado mucha plata y la gente imagina que soy rica porque debería serlo, pero no soy de poner plata en el banco. -Le preguntaba si no se sentía expuesta contando sus recuerdos más personales... -No, no, no... mis recuerdo personales no los cuento (risas).
| |